Publicidad

Provinciales > Historias sanjuaninas

Falcon Polme, el auto hecho en San Juan que es restaurado como un legado

Se trata de un auto modificado, conocido como Falcon Polme, que nació en San Juan.

17 de septiembre de 2023
El Falcon Polme, una insignia sanjuanina

Esta historia fierrera comienza con dos hermanos. Incluye un auto Falcon, un modelo único hecho en San Juan y un legado recogido en Buenos Aires. Es la epopeya de Ariel “Polme” Rodríguez, nieto e hijo de sanjuaninos que quiere poner a andar una gloria "made in San Juan".

“El proyecto Polme se empezó como un hobby el cual me llevo a tener un taller hoy en día. La idea del proyecto es que sea mi carta de presentación de los trabajos que realizo en autos”, comentó Rodríguez, de 27 años, y que vive en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Publicidad

“Este auto significa mucho para mí. Digamos que es como parte de mi vida y lo que más me motiva a llevarlo adelante, es qué la idea siempre fue que se conozca lo que se hacía en la industria argentina en los años 70’s, además que siempre quise tener un auto diferente al resto”, comentó a DIARIO HUARPE.

El Falcon Polme es un auto modificado, que se hizo por los ingenieros Ripoll Mullet (de ahí el Polme) en San Juan. En este sentido, Ariel quiere restaurar una de las seis joyas que dio la provincia.

“Este proyecto significativo, de concretarlo, es algo muy importante. Cuando yo arranque con este auto tenía 20 años. Es el último auto que me acompañó a comprar mi viejo, que unos meses después falleció. La idea era que trabajáramos juntos en este proyecto", contó Ariel y dijo que el día que se presente este proyecto, "va dedicado a mi viejo que me bancó. El día de la compra me preguntó, '¿Vos estás seguro de meterte en esto?' Le dije sí, que el auto estaba muy venido abajo, pero yo lo quería igual y me lo llevé a los días empezamos a planear su restauración”, comentó.

"Siempre dije que a una de las personas a las que le dedico este proyecto, es a mi papá", afirma.

La odisea para reconstruir el auto lo ha llevado por depósitos de San Juan y la Patagonia. “El Polme es un fuera de serie que se lo conocía muy poco, ya que no se sabía el paradero de ninguno hasta que yo encontré el que ya conocen, la historia que tiene detrás es única y más que nada que viene de la provincia de donde viene parte de mi familia”, relató.

Aviso con el que se comercializaba el auto. FOTO: gentileza

“Para mí dejó de ser un auto y pasó a ser parte de mi vida. Hoy cada vez que dicen "Polme", es el auto o yo, ya que hace siete años que me apodan así. Me relacioné mucho con el automovilismo gracias a este proyecto”, cerró diciendo, para seguir trabajando en el proyecto.

Publicidad

El Polme, un ícono sanjuanino

En diciembre de 1973, en San Juan, nació un proyecto que buscaba combinar la tradición automotriz del país con la pasión por los automóviles deportivos. Los ingenieros electromecánico Héctor y Ricardo Ripoll, hijos de un bodeguero sanjuanino, presentaron el "Polme," una versión personalizada del icónico Ford Falcon, destinada a ser producida en series limitadas.   

Los hermanos Ripoll Mullet haciendo uno de los Falcon Polme. FOTO: Gentileza

Este audaz proyecto siguió una tendencia que se había iniciado a fines de los años '60, con la creación del Lutteral Torino y luego el Chevron, una versión deportiva de la Chevy Coupé. Ripoll tenía en mente darle al Ford Falcon, un automóvil muy popular en Argentina, un toque más deportivo y exclusivo.

Los trabajos de transformación comenzaron tomando como punto de partida un modelo Sprint, presentado por Ford en el mismo año de la creación del Polme. Se llevaron a cabo una serie de modificaciones estéticas significativas, especialmente en el diseño delantero y trasero del automóvil.

En la parte frontal, se reemplazaron por completo los guardabarros y la parrilla, otorgándole al Falcon una apariencia más baja y aerodinámica. A pesar de estos cambios, se mantuvieron los cuatro proyectores de luz originales, y se agregaron luces intermitentes en los guardabarros. El capó del vehículo incluía una toma de aire tipo NACA, que no solo mejoraba el aspecto deportivo, sino que también tenía un propósito funcional al canalizar el aire hacia el motor.

Los paragolpes originales fueron reemplazados por otros hechos de material plástico, con protección de goma y dimensiones reducidas, lo que contribuyó a aligerar visualmente el conjunto. Todas estas modificaciones se realizaron utilizando plástico reforzado.

En el lateral del vehículo, se destacaba un elemento cóncavo que ensanchaba y prolongaba el parante trasero, creando una estética similar a la de otros automóviles de la época, como el Dodge 1500 y el Chevrolet Chevy.

En el interior del Falcon Polme, los cambios eran más sutiles y se centraban en un volante personalizado con el logotipo de Polme en el centro y una palanca de cambios con un diseño especial.

La parte trasera del vehículo también sufrió alteraciones notables. Se incorporaron elementos decorativos del modelo Futura y se dispuso el escape en el centro, lo que requería dividir el paragolpes en dos piezas laterales y elevar la placa de matrícula a la altura de la tapa de carga de combustible.

El recorte en el paso de ruedas trasero se modificó, y se agregó una moldura plástica que se extendía hasta la base del paragolpes, contribuyendo a una estética única.

El diseño del Falcon Polme se completaba con llantas exclusivas de aleación ligera y una selección de colores con bandas decorativas.

Ariel lleva 7 años con este proyecto. Foto: Gentileza

En términos de mecánica, las modificaciones se centraron principalmente en la altura del automóvil, reduciéndola en tres centímetros mediante la modificación de los resortes de la suspensión y la instalación de barras estabilizadoras más rígidas. Además, la toma de aire tipo NACA tenía la capacidad de aumentar la velocidad máxima del automóvil en 5 km/h al mejorar la refrigeración del motor.

El Falcon Polme fue un intento notable de combinar la tradición automotriz argentina con un toque deportivo y exclusivo. Aunque producido en series limitadas, seis en total, su legado es custodiado por Ariel “Polme” Rodriguez.

Publicidad
Más Leídas
Publicidad

ÚLTIMAS NOTICIAS