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Día del Zapatero en San Juan: la historia de la zapatería de los Salas

En la histórica zapatería de Chimbas atiende Marcelino Salas, que trabaja hace más de 60 años en el rubro. La historia de un zapatero que además hace escuela en San Juan.

13 de septiembre de 2023
Salas se dedica al oficio hace más de 60 años. FOTO: Sergio Leiva//DIARIO HUARPE

Cada 13 de septiembre se celebra el Día del Zapatero en honor a sus patronos, los hermanos San Crespín y San Crispiano. Según cuenta la leyenda, estos eran miembros de una noble familia romana y que fueron enviados a evangelizar las Galias. Esta era una misión en la que no podían ser descubiertos, por lo que en las mañanas se dedicaban a cumplir su trabajo religioso y en las noches trabajaban como zapateros para pagar sus gastos. De ahí su patronazgo sobre el gremio. En San Juan, Marcelino Salas y su familia son los que mantienen vivo el oficio de reparar los calzados de los sanjuaninos.

DIARIO HUARPE conversó con el “Negro” Salas, zapatero de más de 60 años de experiencia, para conocer sobre la actualidad que atraviesa el rubro y cómo se mantiene.

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Un oficio de la crisis

La zapatería de Marcelino “el Negro” Salas, de 78 años, está ubicada en calle Benavidez antes de Maradona, en Chimbas. Allí, el hombre atiende el negocio familiar que se sostiene y se expande. En la entrada hay carteles del Indio Solari y la Scaloneta. “Cuando toca, queda vacía la zapatería”, dice entre risas don Salas en referencia al ex cantante de Los Redondos.

En la actualidad, la mayoría del calzado que reparan son zapatillas. FOTO: Sergio Leiva//DIARIO HUARPE

Detrás del mostrador está el taller. Hay máquinas de coser, pulidoras y herramientas del oficio. Hay seis operarios, uno de ellos es Diego, el hijo de Marcelino. Todos reparan calzados e indumentaria.

“Ahora tenemos turnos para dentro de 15 o 20 días. Lo que más arreglamos en este momento son zapatillas. Eso nos ha llevado a modernizarnos. Cosemos camperas, ponemos cierres. En épocas de crisis es cuando más tenemos trabajo”, comentó Salas.

“Ha cambiado el trabajo en todo este tiempo", dijo el "Negro" Salas y recordó que comenzó en el rubro cuando tenía 12 años. El taller, desde ese entonces le llamaba la atención. "En realidad empecé en la fábrica Las Viñas, pero pregunté si podía meterme en la parte del taller y aunque me avisaron que si entraba no iba a salir, lo hice igual. Tuvieron razón", afirmó. "Nos juntábamos media hora antes en la puerta y de ahí entrábamos a trabajar, era otro tiempo porque es un oficio que se aprende en la práctica”, agregó.

Mientras Marcelino habla, entran y salen clientes. A cada uno le dicen cuáles son los posibles arreglos. Llegan jóvenes en moto con un par de zapatillas, necesitan tenerlos arreglados porque son para salir. Una mujer entra y saluda a todos, deja un par de zapatos con la huellas gastadas. Así toda la mañana, el movimiento de clientes no para.

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“Hay mucho trabajo porque con un arreglo de entre $5.000 y $10.000 salvan un par de zapatillas de $60.000. En época de crisis es cuando más trabajo tenemos, pero si me dieran a elegir, yo preferiría tener menos trabajo y que todo esté mejor, más estable económicamente”, se sinceró.

Hacer escuela

Marcelino además está formando a una nueva generación de zapateros, principalmente jóvenes. “A los nuevos les pago para que aprendan. Muchos de los que están aprendiendo están estudiando en la universidad y otros en los últimos años del secundario. El trabajo dignifica, da oportunidades”, cerró.

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