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Provinciales > Historias sanjuaninas

Jorge Gargiulo sufrió 9 muertes súbitas, lo trasplantaron y ahora hace máscaras para donar al personal médico

Es un docente de Rawson y trabaja con amigos.

30 de abril de 2020

“Tuve muerte súbita y me morí 8 veces más estando internado. Fue como en las películas. Y me sacaban con paletazos también, como en las películas”.

Eso le cuenta a DIARIO HUARPE un docente de Física y Química que ahora agradece al personal de salud por lo hicieron por él. Se trata de Jorge Gargiulo, de 44 años, que fue trasplantado del corazón luego de tener muerte súbita el 30 de mayo del 2015, Día Nacional de la Donación de Órganos y Tejidos.

Junto con un grupo de amigos, Jorge comenzó a hacer máscaras de protección contra el coronavirus. Y ya entregaron unas 250, principalmente a quienes están en la “línea de fuego”.

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“Médicos, enfermeros, los que están con diálisis... Pero hemos recibido pedidos de todos, desde personas que quieren ir a comprar hasta policías”, dice Jorge.

Los pedidos fueron tantos que decidieron hacer un formulario para repartir “a quien realmente lo necesita”.

La idea la tuvo su amigo Pablo, y Jorge no dudó en sumarse: “Sentí que le tenía que devolver algo al sistema de salud”, cuenta. Otros 7 amigos decidieron colaborar: Juan, Mauricio, Eriko, Miguel, Tristán, José Luis y Gerardo. (Prefirieron no dar sus apellidos.)

La cuarentena comenzó a regir el 20 de marzo en todo el país y el 22 el grupo ya estaba organizándose para comprar materiales.

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Todo fue a prueba y error. Las vinchas las hicieron con la impresora 3D de uno de ellos y como plástico empezaron usando radiografías, pero no funcionó. Tras investigar, compraron en diversas páginas de internet el plástico PLIT que les dio resultado.

Mascarilla que realiza Jorge y su grupo de amigos. Foto: gentileza Jorge Gargiulo.

“Por teléfono y por WhatsApp se hacen un montón de cosas, así que aportamos desde donde podíamos”, dice Jorge. A él le tocó el armado final con los materiales que le lleva uno con el permiso para circular. Dice que está en la parte de logística, pero en verdad hace un poco de todo: compra el material (se gastan unos $80 por cada máscara, sin tener en cuenta la mano de obra), coordina el traslado y arma el producto.

La parte “más lerda” es la impresión de las vinchas, que se hacen con 2 impresoras. Por día suelen terminar entre 10 y 12.

Mascarilla en la impresora 3D. Foto: gentileza Jorge Gargiulo.

Jorge las arma en sus ratos libres, porque es profesor en 9 cursos de 6 escuelas de nivel secundario y debe enviarles guías y actividades a sus alumnos. También es un miembro activo de la Red Solidaria San Juan, a la que se unió después de “volver a vivir”.

Jorge en su casa terminando de armar las mascarillas. Foto: gentileza Jorge Gargiulo.

El último paso es la entrega. Y se coordina con los interesados: las pasan a buscar por su casa de Rawson o en lo de otro miembro del grupo, en Santa Lucía.

Cuando se salvó

A fines de abril de 2015 internaron a Jorge Gargiulo. Tenía problemas cardíacos y le recomendaron atenderse en Buenos Aires.

Pero ni siquiera llegó a terminar los trámites: el 30 de mayo sufrió muerte súbita en su casa. El personal de ambulancias lo trasladó hasta el hospital Marcial Quiroga, le hicieron reanimación cardiopulmonar (RCP) y lo derivaron al Hospital Privado donde quedó internado en la Unidad Coronaria: ahí lo salvaron de las 8 muertes súbitas que tuvo en ese lapso.

El 12 de junio lo trasladaron al Hospital Italiano de Buenos Aires, donde 1 mes y 5 días más tarde, el 17 de julio, le hicieron el trasplante de corazón.

Y vivió para contarlo, y para agradecerlo.

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