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Planes sociales, embarazos y control de natalidad: la opinión de dos sociólogas sanjuaninas
Después de las declaraciones de un economista y político argentino, se encendió la polémica.
Hay muchos discursos instalados en algunos medios de comunicación y en sectores políticos que plantean que las mujeres se embarazan sólo por tener un plan social. Esta creencia se reactivó aún más con los dichos del economista y político bonaerense, José Luis Espert. En diálogo con el medio nacional Infobae dijo que hay que “controlar la natalidad” de los pobres y no brindar políticas sociales a los que tengan más de un hijo, en otras palabras, manifestó que “no pararán de tener hijos” si se subsidia por parir. En este sentido, dos sociólogas sanjuaninas hablaron sobre el tema con DIARIO HUARPE y contrariaron las polémicas afirmaciones.
Espert planteó durante su entrevista que: “La tasa de crecimiento de la población en hogares marginales está alrededor de 4 y 5 veces superior a la tasa de crecimiento de la población de clase media y media alta, como consecuencia de lo cual esto significa que, si Argentina no pone un límite a la natalidad en los hogares pobres, Argentina va a ser una gigantesca villa miseria en otro medio siglo, luego de 60 años de decadencia”.
Sobre esta aseveración, la socióloga y docente de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ), Graciela De Cara, explicó que lo que hace es mostrar la mirada machista y clasista de Espert sobre las cuestiones sociales. “Lo que dice es un prejuicio hacia las clases pobres, es un prejuicio clasista e ideológico”, dijo.
Al respecto, Gabriela Trad opinó que, en estos casos, siempre se hace referencia a las mujeres “que se embarazan” y sobre todo a las mujeres pobres.
“Es un discurso de odio hacia las mujeres pobres. El control de la natalidad no existe hacia las mujeres de clase media y hacia las clases acomodadas, es siempre hacia los sectores empobrecidos”, explicó.
Bajo esta perspectiva, los dichos de Espert tienen un condimento particular. Es que se trata de cierto sector político que tiene espacios en los medios de comunicación, que tiene un lugar para expresarse. En contrapartida, los sectores empobrecidos no tienen cómo defenderse de lo que dicen de ellos.
“Fijate que carga contra las minorías que no pueden defenderse. Primero los pobres, que no tienen un lugar para hablar en los medios grandes, y después en contra de un niño que ni siquiera nace”, planteó De Cara.
“No es lo mismo que yo lo diga a que lo digan los referentes políticos, que tienen un espacio y que sus discursos de odio tienen consecuencia”, expresó Trad al respecto.
A pesar de lo que se pueda creer desde cada perspectiva individual (sobre si los dichos de Espert son correctos o no), hay estudios que desmienten la premisa del economista que plantea que las mujeres se embarazan por un plan.
La Tasa Global de Fecundidad es la cantidad de hijos promedio que tendría cada mujer al final de su vida reproductiva. De esta manera, para que haya un recambio de población activa y pasiva, cada mujer debe procrear, en promedio, 2,1 hijos. Teniendo en cuenta que el programa de la Asignación Universal por Hijo (AUH) comenzó a implementarse en el 2009, la Tasa Global de Fecundidad en 2019 fue de apenas 1,8, según un informe de la Dirección Nacional de Personas.
De esta manera, desde el 2010, la Tasa Global de Fecundidad descendió de 2,3 a 1,8. Hay que tener en cuenta que en 1980 era de 3,3. Hoy por hoy, con ese 1,8, la Argentina no llega a cubrir su recambio generacional.
Más allá de desmentir la cantidad de natalidad, es preciso decir que, según un estudio del Sistema de Información, Evaluación y Monitoreo de Programas Sociales (Siempro), para el 2019 el 51,2% de los beneficiarios de la AUH sólo tenía un hijo; 28,3% dos hijos; 13,1% tres hijos; 5% cuatro hijos y 2,4%, cinco.
De esta manera, no es preciso afirmar que el otorgamiento de planes aumenta la cantidad de nacimientos por beneficiario de planes sociales, teniendo en cuenta que un 79% de los mismos tiene una familia tipo.
Respecto a la AUH, Trad distinguió que no se trata de un plan social, sino que es un derecho otorgado para cada niño, niña y adolescente cuyos padres no cuenten con un trabajo formal. Además, explicó que las políticas sociales se otorgan después de realizar grandes diagnósticos, monitoreos, estudios y evaluación constantes. “Todas estas investigaciones contrariarían estas ideas que se han instalado de que las mujeres se embarazan para tener planes sociales, tienen que ver con seguir estigmatizando desde los sectores del poder”, indicó.
Finalmente, ambas profesionales explicaron que este tipo de discursos lo que generan es desviar la mirada pública hacia los verdaderos culpables de la crisis económica, es decir, la clase política. De este modo, se culpa al que menos tiene “por vivir del Estado”.