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Provinciales > Cifras alarmantes

Preocupación en San Juan por el aumento de amenazas de bomba: 35 llamadas en lo que va del año

En lo que va del año, la División de Explosivos de San Juan atendió 35 denuncias de presuntas amenazas de bomba, todas sin resultados positivos.

Hace 3 horas
El incremento genera preocupación y un gasto operativo millonario para el Estado.

En San Juan, el número de amenazas de bomba falsas creció de manera alarmante durante 2025. Desde enero hasta octubre se registraron 35 llamados por supuestos artefactos explosivos, todos con resultado negativo. La cifra contrasta fuertemente con años anteriores, cuando los reportes no superaban los seis casos anuales. La situación preocupa a las autoridades y genera un fuerte impacto operativo y económico.

El jefe de la División de Explosivos, Rubén Castro, explicó a DIARIO HUARPE que la tendencia ascendente no solo complica la labor policial, sino que además implica un gasto considerable. “Cada operativo requiere el traslado de personal jurisdiccional, autobombas, movilidad especial y material técnico. Los equipos y recursos involucrados tienen un costo millonario, y eso recae finalmente sobre el Estado”, sostuvo.

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El protocolo de actuación se activa con rapidez cada vez que entra una alerta al sistema de emergencias 911. “A través de la unidad fiscal genérica y del Centro Integral de Seguridad y Emergencia se coordina la participación de las distintas dependencias policiales y judiciales, como Tránsito, Comando Radioeléctrico, comisarías jurisdiccionales y servicio de ambulancias”, detalló Castro. El despliegue, explicó, debe hacerse incluso cuando las llamadas resultan infundadas, ya que la prioridad es resguardar la seguridad pública.

El incremento de falsas alarmas tiene, además, un componente estacional. “Dependiendo de la época del año, se observa un aumento de los llamados durante los exámenes finales en escuelas secundarias o en determinadas fechas en edificios públicos y privados”, indicó el jefe de la división. Esta coincidencia temporal refuerza la sospecha de que algunos avisos se realizan con intenciones de generar pánico o interrumpir actividades.

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En los procedimientos reales, cuando efectivamente se encuentra un artefacto sospechoso, se siguen protocolos estrictos. “Si se detecta un explosivo, se toman todas las medidas de seguridad y, según sus características, se destruye en el lugar o se traslada a un espacio seguro para su análisis y posterior destrucción autorizada por la Justicia”, explicó Castro. Todos los elementos hallados son sometidos a pericias técnicas antes de su eliminación definitiva.

Pese a los desafíos, la División de Explosivos avanza en la modernización de sus prácticas. “Existe una mejora continua basada en la capacitación constante de nuestro personal, tanto a nivel provincial como nacional e internacional. Estamos actualizando conocimientos conforme a las metodologías modernas y proyectamos incorporar canes detectores de sustancias explosivas para reforzar la detección y respuesta”, adelantó el funcionario.

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Mientras tanto, el fenómeno de las falsas amenazas sigue en aumento y las autoridades llaman a la responsabilidad ciudadana. Cada llamada indebida moviliza recursos humanos y materiales que podrían destinarse a emergencias reales. En un contexto de alta sensibilidad social, las bromas o avisos malintencionados no solo representan un delito, sino que también exponen la fragilidad del sistema ante la manipulación y el miedo.

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