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Torra anticipa las elecciones en Cataluña y pone presión sobre la gobernabilidad de España

POR REDACCIÓN

29 de enero de 2020
El presidente catalán, Quim Torra, anunció hoy que convocará elecciones anticipadas en Cataluña en una fecha a determinar, tras considerar rota la coalición de gobierno formada por los dos principales partidos independentistas de la norteña región de España. Asimismo, el anticipo electoral de Cataluña puede complicar el futuro del gobierno de coalición de España entre el Partido Socialista (PSOE) y Unidas Podemos, que depende del respaldo de los independentistas catalanes. La decisión de Torra llega en la antesala de una reunión que mantendrá el 6 de febrero en Barcelona con el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, y que fue pactada por sus socios de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), a quienes el líder secesionista acusa de "deslealtad". Con el adelanto electoral, el sector más radical del independentismo catalán que representa Torra pone una enorme presión sobre ERC, partido al que Sánchez necesita para aprobar los presupuestos estatales, el instrumento indispensable para gobernar. "La legislatura no tiene más recorrido político, llegó a su final", anunció Torra, quien compareció por sorpresa en el Palacio de la Generalitat, sede del Ejecutivo regional en Barcelona. "El lunes se permitió que la decisión de un órgano incompetente me dejara sin escaño", explicó el líder secesionista, refiriéndose a que el presidente del Parlamento regional, Roger Torrent, de ERC, acató la orden de la Junta Electoral Central (JEC) de retirarle su acta de diputado por una condena judicial por desobediencia. "Creo y estoy convencido que la represión se combate sin replegarse. Ningún gobierno puede funcionar sin lealtad entre sus socios", remarcó Torra. El todavía presidente regional informó que la fecha de los comicios será fijada luego de que el Parlamento catalán apruebe el presupuesto de la región, que fue pactado con la izquierda y que hoy recibió el visto bueno del gobierno de Torra. De acuerdo con el calendario, esto llevaría la aprobación de los presupuestos a principios de marzo y las elecciones dos meses después, en mayo. Entre tanto, Torra subrayó que mantiene la "responsabilidad y determinación de explorar la voluntad de diálogo del gobierno español", de ahí que se reunirá con Sánchez la próxima semana. Desde el Ejecutivo español también defendieron el "diálogo" con Cataluña -avalando a Torra como interlocutor - mientras el líder del opositor Partido Popular (PP), Pablo Casado, anunció una querella contra el líder secesionista por "usurpación de funciones públicas". La "obligación institucional" del Ejecutivo es dialogar con el actual presidente de la Generalitat, Quim Torra", afirmó el vicepresidente español y líder de UP, Pablo Iglesias. El gobierno español, en contraposición con el PP, considera que el hecho de que Torra haya perdido su escaño no implica que deba renunciar a su cargo de presidente del Ejecutivo regional. No obstante, tras la crisis entre los dos principales socios independentistas, se daba por descontado que se produciría un adelanto electoral. "Quiero un país que respete el principio de radicalidad democrática", dijo el dirigente secesionista en un tramo de su discurso. Torra asumió su cargo en mayo de 2018 con una actitud abiertamente confrontativa en representación del ex presidente Carles Puigdemont, quien no podía regresar a Cataluña desde su autoexilio en Bélgica, ya que pesaba sobre él una orden de búsqueda y captura en relación con su papel en el fallido intento de secesión catalana de octubre de 2017. El partido de Puigdemont, Junts per Catalunya (JxC), había sido la fuerza independentista más votada -por delante de ERC- en las elecciones de diciembre de 2017, que fueron convocadas tras la intervención de la región por parte del Ejecutivo español y que ganó el partido liberal Ciudadanos sin mayoría suficiente para gobernar. Un acuerdo entre JxC y ERC, el partido que lidera el ex vicepresidente Oriol Junqueras -quien ahora cumple 13 años de condena por sedición-, junto con la abstención de los anticapitalistas de la CUP, permitió a los independentistas retener el poder. En los últimos dos años, sin embargo, las diferencias del bloque independentista se hicieron manifiestas en numerosas ocasiones, aunque la grieta se profundizó cuando ERC le dio la espalda a la vía unilateral y abrazó el diálogo con Madrid como único camino hacia la independencia.
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