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Viajó desde San Luis y subió de rodillas al oratorio de la Difunta Correa, todo por sus hijos

Sergio Carranza cumplió con la promesa en la que pidió por la salud de los que ama y por el fin de la pandemia de coronavirus.

02 de abril de 2021
Sergio llegó de rodillas ante la imagen y le agradeció por la buena salud de los suyos. Foto: Gonzalo Medina / DIARIO HUARPE.
Muchos fieles dejaron un barbijo como una forma de pedir por el fin de la pandemia. Foto: Gonzalo Medina / DIARIO HUARPE.

Se llama Sergio Carranza, tiene 45 años, es de San Luis y este Viernes Santo dejó su hogar para viajar hasta el Paraje Difunta Correa y subir de rodillas la larga escalinata que lleva a la imagen. El hombre, que trabaja como comerciante, contó que llegó a cumplir una promesa a San Juan para pedir por la salud de sus hijos.

En contacto con DIARIO HUARPE el hombre explicó que hace un tiempo uno de sus hijos tuvo un problema de salud. Él se lo encomendó a la Deolinda y el pequeño se recuperó. 

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Tiempo después Carranza se separó de su esposa y volvió a formar una familia. Hace algunos meses el hijo de su actual mujer también enfermó. Sergio volvió a recurrir a la Difunta para pedir por su recuperación que, finalmente, se concretó.

Muchos fieles dejaron un barbijo como una forma de pedir por el fin de la pandemia. Foto: Gonzalo Medina / DIARIO HUARPE.  

"Yo le prometí a la Difunta que voy a venir siempre,  aún puedo subir las escalinatas de rodillas, pero el día que ya no pueda subir así lo haré caminando. Siempre que pueda voy a venir a cumplirle", aseguró el puntano. 

Pero además de pedir por los suyos, el hombre también oró por el fin de la pandemia de coronavirus. Carranza aseguró que la enfermedad afectó de diferentes maneras a las personas y por eso quiere que culmine. 

El hombre explicó que el Covid-19 afectó la situación económica todos y, en muchos aspectos, se volvió un tema muy difícil de sobrellevar. "Ha sido un año muy difícil", concluyó el puntano.  

Viaje en familia

En una de las confiterías descansaba un grupo de personas que compartían algo de comer y unas gaseosas. Se trata de los Cuello, una familia oriunda de la localidad cordobesa de San José, a unos 15 kilómetros de Villa Dolores. 

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En este grupo venían Susana Heredia, su marido Alejandro Cuello, las hijas de ambos y una nieta de 8 años. Alejandro contó que hace casi 3 años que habían pagado un viaje a la Difunta. "Nos costó $3.000 por cabeza y a pesar de que pasó tiempo, nos respetaron el precio, el paquete incluye la visita a la Difunta y una recorrida por San Expedito", aseguró el hombre que se gana la vida con el cultivo de papas y la cría de ganado. 

El cordobés explicó que hace más de 15 años que son fieles de la Difunta. Todo comenzó cuando su hija Carolina fue atropellada por una moto. "Mi niña estuvo muy grave, luchó mucho por seguir viva y se salvó gracias a la Difuntita, por eso siempre que podemos venimos a visitar a la Difunta", aseguró el hombre. 

Sobre la situación del coronavirus en su pueblo, Cuello contó que vienen teniendo "pocos casos". "Somos de un pueblo chico, en las zonas más pobladas de Córdoba hay una situación más complicada", concluyó. 

Jinete

Uno de los fieles que llegó de a caballo al Paraje de la Difunta Correa fue Pepe Alcober, quien actualmente vive en San Luis, pero es oriundo de Mar del Plata. El hombre contó que hace años su mujer enfermó de cáncer y logró superarlo. 

Hace poco, en plena pandemia, la sombra del cáncer volvió a asomar en la vida de la señora que, finalmente, logró reponerse. "Yo siempre fui muy creyente de la Difuntita, por eso lo prometí venir si mi señora se recuperaba. Ella me cumplió, por eso yo también cumplo", aseguró el jinete. 

El hombre contó que para poder cumplir con su promesa le pidió un caballo prestado a unos amigos. "Salimos de Caucete para acá en los caballos", concluyó el promesante.

Fotografía y realización audiovisual: Gonzalo Medina.

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