Provinciales > Viernes Santo diferente
Los fieles fueron a la Difunta Correa y pidieron por el fin de la pandemia
Por Daniela Jácamo
"Vino menos gente que otros años, muchos de los fieles llegaron con barbijos para ofrendarle a la Difuntita, es su forma de pedirle por el fin de la pandemia", aseguró Marcelo Galván, el hombre que pasó el Viernes Santo sanitizando las manos de las personas que fueron a ver a la Difunta Correa en el Paraje Vallecito, departamento Caucete.
DIARIO HUARPE acompañó el recorrido de los fieles que se dieron cita en el oratorio. La mayoría de los consultados contó que además de sus pedidos por el bienestar de las personas que aman, también han rogado por el fin de la pandemia de coronavirus que aún azota al mundo.
Fue justamente el contexto de pandemia lo que obligó a extremar las precauciones para evitar los contagios de Covid-19. Las autoridades de la provincia habían puesto un límite de hasta 500 autos en el complejo, pero difícilmente se llegó a alcanzar este cupo, ya que hubo menos vehículos particulares de los que esperaron los organizadores.
En uno de los controles policiales, el oficial a cargo del operativo explicó que se vio mucha menos gente que en otras oportunidades. "En el momento de mayor flujo de vehículos alcanzamos unos 15 autos por hora", aseguró el efectivo que igualmente agregó que muchos de estos conductores no iban a la Difunta, sino que siguieron viaje hacia la provincia de San Luis.
En medio de este panorama uno de los lugareños conocedor de la gente que circula por el oratorio explicó que no solo se vio menos gente sino que los fieles que fueron este año "son distintos". Es que mientras en años anteriores se veía a muchos fieles que iban a "saludar a la Difuntita" y luego se quedaban a compartir un asado regado con buen vino, este año esa actividad estuvo prohibida y en su lugar se dieron cita familias completas que se limitaron a comer un sánguche o tomar unos mates y abandonaron el predio.
Lo que si se podía observar en la zona de estacionamiento eran colectivos de larga distancia que transportaron a turistas que llegaron desde diferentes provincias, principalmente desde Córdoba o San Luis.
Muchas de las personas que llegaron en estos grupos llegaron por paquetes turísticos que incluían el viaje a la Difunta y una breve visita a San Expedito en Bermejo para luego emprender el regreso a sus provincias.
Comercios
Un clásico a la hora de visitar el Paraje de la Difunta Correa es comprar algo en los comercios de la zona. Como todos los años, los puesteros del lugar se colocaron a la vera de la ruta para vender tabletas, semitas, empanadas o embutidos caseros.
Ya en la entrada de Vallecito, los pobladores del pueblo se colocaron en puestos con artesanías y comidas. Noelía Vargas, una de las artesanas de Vallecito, explicó que este jueves las autoridades dispusieron un control caminero en la zona de ingreso y esto hizo que mucha gente pensara que no podrían pasar y optaron por irse, la mayoría siguió viaje a San Expedito, en Bermejo.
"Este viernes hablamos con las autoridades para que permitan el paso y que la gente pueda ver nuestros productos. Hoy recibimos visitas pero la verdad que la gente compra poco", aseguró la mujer.
Por su parte, Pablo Pastor, uno de los dueños de los locales comerciales, explicó que la confusión a la hora del ingreso de las visitas al predio complicó las ventas del jueves y agregó que el viernes, pese a la mayor afluencia de gente, hubo pocas ventas. "Hasta ahora salimos con lo justo para poder pagarle a los trabajadores, veremos si queda algo de ganancia", explicó.
Uno de los elementos más vendidos son las cintas para atar en el auto que vienen con leyendas alusivas a la Difunta. Estas cintas, en su mayoría coloradas, se venden a $80; en tanto que un paquete de velas se puede encontrar a $50 en promedio.
Protocolos
Tras la recorrida por los puestos de artesanos, locales de comida y el oratorio propiamente dicho, se pudo ver que la mayor parte de los fieles que cumplieron con el uso de barbijo y la distancia social. A esto se suma que en los ingresos a los diferentes lugares apostaron a personas que le colocaban alcohol líquido a los promesantes.
El problema que detectaron los mismos empleados de la organización fue que los fieles tocaban las imágenes de la Difunta. "Les decimos que no toquen las estatuas, pero nos ignoran y las tocan igual y se hacen la señal de la cruz, por eso empezamos a rociarle alcohol a las imágenes", aseguró uno de los trabajadores.
Otra limitación que no fue bien recibida por los visitantes fue la prohibición de prender velas en la zona del peñón de rocas que está en la cima del oratorio. Mucha gente aún a pesar de que está prohibido, encendieron sus velas y se quedaron a orar un rato.