Provinciales > Industria sanjuanina
Yellow Bird: el avión sanjuanino que voló y quedó en el olvido
Diseñado por la familia Reisin en San Juan, el Yellow Bird prometía formar pilotos. Voló, pero el proyecto quedó trunco.
En un hangar sanjuanino, lejos de los grandes polos industriales del país, un avión amarillo llegó a despegar cuando casi nadie apostaba por la industria aeronáutica nacional. Se llamó Yellow Bird y fue el resultado del trabajo de la familia Reisin, que logró diseñar, construir y hacer volar una aeronave íntegramente en San Juan.
El proyecto tomó forma en la planta de Chincul Sacaifi, ubicada en Pocito, cuando la empresa buscaba dar un salto histórico: pasar de fabricar aviones bajo licencia extranjera a desarrollar un diseño propio. El Yellow Bird fue, en ese sentido, el primer avión auténticamente propio que generó la empresa.
Un diseño nacido en San Juan
El Yellow Bird —técnicamente denominado Entrenador Acrobático Chincul— fue concebido como un avión liviano biplaza, destinado a la formación básica de pilotos. Su estructura metálica, basada en aluminio aeronáutico, estaba pensada para soportar exigencias mayores a las de un avión civil estándar.
El objetivo era claro: reemplazar a los viejos Mentor utilizados por la Escuela de Aviación Militar. “Era posible construir en San Juan un entrenador militar a bajo costo y en corto tiempo”, concluyeron los ingenieros del proyecto tras los primeros cálculos estructurales.
La familia Reisin, eje del proyecto
El desarrollo técnico estuvo encabezado por Fernando Reisin, ingeniero aeronáutico, acompañado por miembros de la familia Reisin y un equipo de técnicos y operarios sanjuaninos. Las tareas incluyeron rediseño estructural, modificaciones aerodinámicas y adaptación del fuselaje para maniobras acrobáticas.
El trabajo fue tan intenso que la construcción del prototipo se completó en apenas 18 días, algo que quedó grabado en la memoria interna de la fábrica. “Los hombres de San Juan salieron convencidos de su capacidad para producir un ejemplar de preserie en tiempo récord”, señala la crónica técnica de la época.
Cuando el Yellow Bird voló
El primer vuelo se realizó en la pista de Pocito y, aunque fue breve, marcó un hito. El avión respondió correctamente y superó las pruebas iniciales de comandos y estabilidad. “El comportamiento en vuelo del prototipo resultó bastante satisfactorio”, consignaron los informes técnicos.
Paradójicamente, ese debut pasó casi desapercibido en la provincia, eclipsado por el devastador terremoto de Caucete de 1977, que conmocionó a todo San Juan el mismo día.
El bautismo del avión
El 13 de diciembre de 1977, durante el aniversario de la fábrica, el avión fue presentado oficialmente. En ese acto, J. Lynn Helms, CEO de Piper Aircraft Corporation, lo bautizó informalmente como Yellow Bird, nombre que conservaría para siempre. Para los autores del proyecto, ese gesto fue interpretado como un aval simbólico al desarrollo sanjuanino.
Pese al entusiasmo, el proyecto comenzó a chocar con límites estructurales. No existía un pedido formal de la Fuerza Aérea Argentina ni contratos firmados. Además, el acuerdo de licencia con Piper impedía a Chincul producir aviones que compitieran con modelos de la firma estadounidense**.
“Quedó claro que Chincul había focalizado todo su esfuerzo en una sola hipótesis: que la Fuerza Aérea compraría el producto una vez certificado”, señala el análisis histórico. Esa hipótesis nunca se concretó.
Un símbolo que perdura
El Yellow Bird no quedó en tierra por fallas técnicas. Quedó detenido por la ausencia de decisiones políticas, comerciales y estratégicas. Hoy es recordado como una oportunidad perdida, pero también como una prueba irrefutable de que en San Juan se pudo diseñar y hacer volar un avión propio.
Su historia sigue interpelando al presente: talento hubo, capacidad también. Lo que faltó fue continuidad.