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Yo te Invito > La Hípica

Turismo accesible para el disfrute de todos

El Centro Ecuestre La Hípica es uno de los pocos prestadores que trabaja con profesionales en el área para que las personas con discapacidad puedan disfrutar de todas las actividades que proponen.

POR REDACCIÓN

05 de febrero de 2018

Como cuenta Carlota Yanzón, presidenta de la institución, la idea surgió como fruto de una necesidad que comenzó a observar con sus pacientes y las familias de ellos. Carlota es psicóloga y, viniendo de una familia amante de los equinos, se especializó en psicoterapia asistida con caballos.

“Me daba cuenta de que a las cabalgatas turísticas que realizábamos las personas con discapacidad no iban y siempre debía quedarse un familiar con ellos. Era una verdadera pena porque las familias no podían disfrutar juntas de las actividades”, describe Yanzón y cuenta como fue eso justamente lo que la movilizó para, junto a su socio Mauricio González, crear el proyecto de turismo accesible a través de cabalgatas.

El Centro Ecuestre La Hípica realiza un gran número de actividades, entre clases de equitación, endurance y equinoterapia. Incluso, a través de la fundación Caricias y Relinchos han podido introducir a chicos en situación de vulnerabilidad, al mundo equino y, muchos de ellos, han llegado a competir a nivel nacional.

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En cuanto al turismo, Mauricio González cuenta que las actividades están centradas en cabalgatas recreativas en las que pasean por la zona, principalmente por las Sierras Azules. El recorrido dura aproximadamente una hora y cuarto y en él, le van contando al turista la historia del lugar y los puntos de mayor interés. En el caso de que una persona con algún tipo de discapacidad quiera realizar la travesía, Carlota la acompaña durante todo el trayecto para que el disfrute sea máximo y con seguridad.

“Ya hemos tenido varias experiencias y las devoluciones nos llenan el alma”, cuenta la psicóloga, a lo que agrega una anécdota en especial que resultó muy emocionante: “Una pequeña que realizó una de nuestras cabalgatas le dijo a su mamá que ese había sido el día más feliz de su vida”. Y no es para menos, las personas con discapacidad, acostumbradas a entornos que las limitan, frecuentemente no pueden compartir actividades comunes con sus familias. La posibilidad de disfrutar junto a sus seres queridos en igualdad hace que el paseo se convierta en algo realmente mágico.

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