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Bomberos de Mendoza realizan trabajos para empresas y podan árboles para comprar una camioneta
El Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Salto de las Rosas adquirió una camioneta usada con fondos generados por tareas externas. Denuncian falta de apoyo estatal y advierten que estas actividades limitan su capacidad de respuesta ante emergencias.
POR REDACCIÓN
El Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Salto de las Rosas, en Mendoza, incorporó recientemente un nuevo vehículo a su flota operativa. Se trata de una camioneta Toyota doble cabina modelo 2008, identificada como Móvil 06, que fue comprada y equipada íntegramente con fondos generados por trabajos que exceden su labor principal como cuerpo de emergencia.
La unidad fue adquirida en noviembre del año pasado, pero recién ahora pudo ser puesta en condiciones para su uso. “Es una camioneta vieja pero en muy buenas condiciones, y con doble tracción, lo que le da una versatilidad importante para nuestro servicio”, explicó Pablo Franciulli, titular del cuartel, en diálogo con medios locales.
El proceso de puesta a punto de la camioneta -que incluyó la instalación del sistema de comunicaciones y la rotulación oficial- se concretó gracias al ingreso económico obtenido por la realización de servicios externos. Entre ellos se incluyen tareas de poda, capacitaciones y coberturas especiales para empresas, como el caso de YPF, para la que brindan asistencia en la reparación del oleoducto Puesto Hernández y la destilería de Luján de Cuyo.
Franciulli reconoció que, si bien estas actividades les permiten financiar gastos básicos como combustible, reparaciones e incluso la alimentación de los bomberos de guardia, también evidencian una carencia estructural: la falta de fondos suficientes por parte del Estado para sostener el funcionamiento del cuartel.
“Lamentablemente tenemos que recurrir a esto para poder sostenernos. Ya no es sólo para financiarnos, sino para poder seguir existiendo”, señaló. Y agregó que, si bien estas estrategias permiten cubrir necesidades operativas, también generan un impacto negativo en la función central del cuartel: la atención de emergencias en la comunidad.
“Cada vez que salimos a hacer un trabajo externo, estamos dejando de estar disponibles para una emergencia. Eso puede hacer que en un momento en que la comunidad necesite de nosotros, no estemos”, advirtió. A modo de ejemplo, explicó que la reciente adquisición de la camioneta puede terminar siendo contraproducente: “La comunidad se gratifica al ver un nuevo móvil, pero tal vez en el momento en que lo necesite, ese móvil esté en otra tarea que nada tiene que ver con una emergencia local”.
El jefe del cuartel también reflexionó sobre un fenómeno más amplio: la creciente privatización de servicios esenciales. “Vamos reemplazando las falencias del Estado con soluciones privadas. Pero eso sólo es accesible para quienes tienen recursos, dejando cada vez más vulnerable a quien no los tiene”, expresó.
La situación pone en evidencia la fragilidad de los cuerpos de bomberos voluntarios en Argentina, que muchas veces dependen de la voluntad y esfuerzo propio para sostener su operatividad, a pesar de brindar un servicio fundamental para la comunidad. Desde Salto de las Rosas, la experiencia deja una advertencia clara: sin el respaldo adecuado, hasta la solidaridad organizada tiene límites.
Fuente: Mendoza Today