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DIARIO HUARPE en Josemaría: cómo serán las grandes obras de la mina

La promesa minera transiciona entre la exploración y la mina. Un momento único que permite analizar el antes y el después del impacto económico y ambiental.

24 de enero de 2023

Un debate serio sobre la minería requiere salir de los sí y los no absolutos. La necesidad de metales para cambiar la matriz eléctrica mundial es una realidad: o llega la electromovilidad o la crisis climática se vuelve irreversible. A la vez, es una industria que interviene grandes extensiones naturales. Si bien impacta menos que una ciudad, se realiza por lo general en ambientes vírgenes.

Hoy el proyecto Josemaría permite ver con exactitud este proceso, porque se encuentra en la transición de ser un proyecto de exploración, con una intervención mínima, a convertirse en una explotación.

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A la vez, la expectativa por el inicio es grande y comprensible. Josemaría plantea la creación de 10.000 puestos de trabajo en su pico y luego estabilizarse en más de 5.000, con los sueldos promedio más altos del país. Una inversión de U$D 4.000 millones y divisas por al menos 19 años.

Pero el impacto es inevitable, ya que la intervención humana modifica el ambiente y una industria que moverá 150.000 toneladas de roca por día, mucho más. Por eso, en la actualidad, el reclamo a las empresas mineras es que modifiquen, pero movilicen la economía y también disminuyan al mínimo los efectos o compensen.

Durante el primer recorrido periodístico por el yacimiento, DIARIO HUARPE pudo retratar cuáles son los lugares que recibirán la mayor parte de estos cambios. A su vez, técnicos de la empresa explicaron cómo disminuirán uno de los grandes consumos de la minería de cobre, como es el uso del agua.

Un paisaje virgen que dejará de existir

El cambio más visible en la zona será el que cree la movilización de minerales. Por ahora en el yacimiento solo hay estructuras livianas, pero cuando inicie la construcción y sobre todo la explotación llegarán los tres grandes cambios: el pit o lugar de donde se extrae la roca, una escombrera y el depósito de colas.

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En el fondo, al centro de la imagen, se puede ver el pico donde harán la extracción de roca.

El pit o zona de explotación está delimitada claramente porque ahí es donde trabajan desde hace 20 años en la exploración. Se pueden ver las marcas de tránsito y perforadoras en una cara del pico de un cerro, más oscuro que el resto. Del lugar sacarán primero una capa de material estéril, sin mineral, y luego accederán a la zona enriquecida con cobre, oro y plata.

La roca sin riqueza irá a parar a dos escombreras, donde se lo depositará. Fernando Cola, jefe de Medio Ambiente de la empresa, explicó que una vez extraído el estéril se irá ubicando de tal manera que una vez terminado el acopio no modifique la química el del lugar. Lo recubrirán con roca más estable y tendrá un ángulo especial para que el agua no escurra a través y no tenga riesgo de derrumbe.

Diagrama donde se pueden ver las obras de mayor tamaño que realizarán antes y durante la extracción.

También está prevista una planta, que estará ubicada en un lugar de terreno más estable. Es que la maquinaria que utilizará Josemaría son moledoras de varias toneladas, que llevarán la roca extraída hasta volverla un polvo. El proceso siguiente es la flotación, que permite separar el mineral rico en cobre del que no lo es. El primero se extrae y traslada en camiones para su exportación.

Pero luego de este proceso quedan las colas: material que todavía tiene un porcentaje de humedad, similar a un barro, que permanecerá en el lugar. En total se extraerán 150.000 toneladas de roca diaria y de esta, un porcentaje alto será este barro sin riqueza mineral. Para contenerlo y manejarlo de forma segura construirán un total de dos muros entre dos cerros que tendrán, al final de la vida útil de la mina, unos 200 metros de alto y otro de unos 50 metros.

El lugar elegido es una “Y” invertida del terreno, que quedará tapada de material. El lugar, según los cálculos, es el más seguro para hacer esto, debido a que hay roca maciza unos 30 metros por debajo y eso evitará filtraciones, además de que se extrae la mayor parte de la humedad para volver a hacerlo circular. El diseño del muro también fue cambiado por pedido de técnicos del Inpres para que sea más firme, para evitar posibles rupturas. También sumaron medidas de contención aguas abajo por si todo lo anterior falla.

En este lugar se ubicará el muro del depósito de colas. La empresa deberá recuperar en otras zonas la vegetación que desaparezca.

Pero más allá de esto, son cientos de metros que cambiarán su fisonomía. Por eso, las autoridades provinciales plantearon a Lundin y Josemaría que haya una reparación, por lo que la misma superficie de vegetación que quede afectada deberá recuperarse.

Recircular la mayor cantidad de agua posible

Otro tema en discusión en el caso de Josemaría . En la actualidad no hay una mina extrayendo y, por lo tanto, no hay uso industrial o de procesos, como se llama en estos casos. Lo único que se consume es por uso humano dentro de los campamentos y la que toman los trabajadores o con la que se cocina se lleva embotellada, ya que los cursos de agua naturales son muy ácidos y no aptos.

El pedido en la Declaración de Impacto Ambiental era de 600 l/s, pero pueden otorgarle menos y la exigencia es que se recircule todo lo posible. Esto quiere decir que, si bien la empresa puede extraer este caudal, es el tope y solo cuando el sistema no pueda recircular lo utilizado. O sea, solo sacarán agua fresca de las perforaciones que les concesionarían cuando sea necesario.  Entre las herramientas que usarán es construir balsas que extraerán el agua que quede disponible en el depósito de colas.

El sistema de recirculación de agua es una de las exigencias para evitar uso excesivo del recurso.

Además, por ser una zona en la que en algunos meses del año nieva o hay deshielos pequeños, los causes que también aporten al depósito se descontarán de la concesión. Esto quiere decir: si cae nieve que levanta el nivel de agua y esta se suma al proceso de flotación, disminuirán lo que pueden extraer del agua subterránea.

Aun así, habrá un consumo. En comparación con el agua para riego agrícola es menor, ya que de los diques en la actualidad se extraen 36.000 l/s, pero debido a las regulaciones que tiene la minería, la empresa tendrá que devolver de alguna manera este impacto a las comunidades y pagar las concesiones.

El cauce que circula cerca del proyecto es el Río Blanco, que es naturalmente ácido y no apto para uso humano. Para el proceso extraerán agua subterránea.

Estos no son los únicos impactos que la empresa realizará en la zona. Hay también restos arqueológicos y fósiles que deberán retirar o resguardar del trabajo y el camino que llega a la mina.

El corredor norte, que atravesará todo el norte de Iglesia, será el primero en hacerse en la zona. En este caso, Josemaría decidió que la ruta quedará a disposición de la provincia durante y después de las operaciones. En este caso funciona como una donación a la vez que un impacto: será un tránsito por una zona virgen, pero luego también se convertirá en el primer acceso.

En este balance debe actuar la empresa mientras termina de firmar sus permisos sectoriales. La Declaración de Impacto Ambiental es un marco general, en el que la comisión de expertos entiende que hay más beneficios que costos en lo que hará la mina. Pero luego, cada organismo debe definir la letra fina de hasta donde llegará y cómo compensará los cambios.

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