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Economía > crisis ganadera

Costillas baratas y milanesas caras: la alternativa a la crisis de la carne que apoyan sanjuaninos

Para Ganaderos, la solución a la dicotomía de carnes para exportar y el mercado interno es un sinceramiento. ¿El último plan nacional apunta a eso?

23 de junio de 2021

En Argentina el problema del precio de las carnes explotó recientemente con la decisión del Gobierno Nacional de frenar las exportaciones de carne. Hubo incluso un paro de hacienda que amenazó con desabastecer las carnicerías, cruces mediáticos y polémica nacional. Este martes los funcionarios de Alberto Fernández anunciaron un avance en la negociación, pero lo cierto es que el problema de pujas entre mercado externo e interno tiene décadas.

Omar Zamorano, integrante del triunvirato que dirige la Cámara de Ganaderos de San Juan, dijo que lo decidido es prácticamente un volver a foja cero y aseguró que la única solución a largo plazo sería un “sinceramiento” del mercado.

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La raíz del problema es que a los grandes productores argentinos les conviene exportar la carne producida en el país, debido a que los precios internacionales son sustancialmente mejores. El bife argentino podía costar en febrero en Alemania unos 40 euros el kilo, unos $4.500. Otros cortes más baratos en el exterior como es el asado, podían conseguirse según un informe de la Cámara Argentina de Feedlot, unos 18 a 20 euros, más de $2.000 argentinos. Ante esta diferencia de precio, los productores apuestan muchas veces a exportar sus productos en lugar de abastecer el mercado interno, donde los precios son muchas veces un tercio de estos.

Pero esta conversión no es directa. Los animales de donde se obtiene la carne de exportación son de un peso mucho mayor que los que se consumen en el mercado interno y por lo tanto tienen un costo mayor. Pero la diferencia en las ganancias ha empujado a muchos más productores a producir para exportar.

Para Zamorano, una de las pocas soluciones para este escenario es un “sinceramiento” del mercado interno. El empresario asegura que si los argentinos consumieran los cortes de los mismos animales que no se exportan, el valor en el mercado se reduciría.

Es que lo que sale del país es por lo general el cuarto trasero de la vaca, los cortes sin hueso y más valioso. En cambio el resto, donde se encuentran por ejemplo las costillas o el matambre, dos cortes usados en el asado, se podrían dejar de forma local. “La gente podría comer asado en $300, pero pagando el peceto, por dar un ejemplo, a $3.000”, aseguró el sanjuanino.

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Esta cuenta, reconoce, no es simpática para nadie porque las milanesas, usualmente hechas de nalga, se convertirían en un imposible para la mayoría de las familias argentinas. Pero, dijo, es algo que podría hacer que el consumo de carne habitual se vuelva mucho más barato, bajando hasta a la mitad. 

Algo en esta línea es lo que podría haber planteado el Gobierno Nacional, aunque no de forma extensiva. El nuevo acuerdo para exportar obliga a los empresarios a enviar al exterior solo los cortes que se conocen como “de pulpa” y el resto quedarían en el país, empujando un mercado interno para supuestamente bajar los precios.

No es igual a lo que proponen ganaderos, entre los que se incluye Zamorano, porque todavía se producirán en el país cabezas de ganado de menor peso, de los que se sacan los cortes habituales. Pero no deja de estar más cerca de este “sinceramiento” que cambiaría para siempre el consumo interno del alimento más afianzado a la cultura argentina, la carne vacuna.

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