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Política > Borrón y cuenta nueva

Diputados abrogó una ley clave para avanzar en el nuevo sistema electoral

Sin el apoyo de la oposición y con fuertes cruces quedó sin efecto la ley que indicaba la prohibición a los cambios 18 meses antes de una elección. Este jueves quedaría aprobado el SIPADE, una Ley de Lemas con retoques.

07 de septiembre de 2022

Mañana movida en el recinto de la Cámara de Diputados de la provincia. Después de tres horas de debate, los votos ratificaron lo que se venía presumiendo desde hace unos días: con 26 votos a favor y 9 en contra, se abrogó la Ley 613-N, la que prohibía modificar el código electoral hasta 18 meses antes de los comicios. Esto deja la puerta abierta para que este jueves se trate el proyecto de ley de Sistema de Participación Abierta y Democrática, el sistema propuesto por el oficialismo para que se vote en las elecciones del 2023.

En medio de un intenso debate y de acusaciones cruzadas, los diputados provinciales aprobaron la abrogación de la legislación 613-N. Esta legislación, en su artículo primero, prevé que “se prohíbe modificar el sistema electoral vigente, dentro del plazo de dieciocho (18) meses previos al acto del comicio que deba regir”. Lo que hicieron con esta legislación es abrogarla, es decir, la suspendieron o dejaron sin vigor. 

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La sesión especial en este miércoles legislativo arrancó con la ponencia de la diputada justicialista, Celina Ramella, quien explicó algunos puntos de lo que se proponía en el debate. La legisladora argumentó que el artículo N.º 156 de la Constitución Provincial establece cuatro tipos diferentes de leyes. En el caso de la 613-N, se trata de una decisoria que debe tratarse en una sesión especial con la 2/3 partes de los votos.

La legisladora Celina Ramella, encargada de la información de la moción, dio algunos argumentos. Foto: Sergio Leiva / DIARIO HUARPE.

Además, argumentó que se proponía abrogar esta ley para tratar un nuevo código electoral, “adecuado para los contextos políticos, económicos y culturales”.

En consonancia con Ramella, la diputada del bloque ConFe, Florencia Peñaloza, hizo hincapié en la capacidad de modificación del derecho, así como también de la sociedad en general.

La diputada Florencia Peñaloza defendió la postura oficialista. Foto: Sergio Leiva / DIARIO HUARPE.

“La sociedad cambia y por eso también tienen que cambiar las leyes. Pregúntenle a los sanjuaninos que quieren de nuestro sistema. Seguro quieren que sea más democrático y sin votar dos veces”, expresó.

En contraposición, la encargada argumentar por la oposición fue la diputada Marcela Quiroga, de Producción y Trabajo, del interbloque de Juntos por el Cambio. Entre otras cosas, planteó que tanto la ley 613-N como la actual ley electoral vigente es la ley N.º 2348-N forman parte del sistema electoral. Por este motivo, la legisladora dijo que sí se pueden modificar las leyes, pero que su efecto debe regir según los plazos.

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“Tiene que quedar bien clarito que su aplicabilidad debe ser conforme a lo establecido, esto quiere decir que debe ser 18 meses después de su modificación y no de su sanción. Esto es inconstitucional”, indicó.

La diputada Marcela Quiroga fue la encargada de hablar por su bloque. Foto: Sergio Leiva / DIARIO HUARPE.

Los diputados opositores del interbloque de Juntos por el Cambio, conformado por los bloques PRO, Producción y Trabajo y el Partido Actuar, adelantaron que, en el caso de que salga la ley de Sistema de Participación Abierta y Democrática, judicializarán el caso como lo venían haciendo con el resto de las cuestiones referidas a este tema, como la eliminación de las PASO.

De esta manera, el oficialismo logró derribar una carta clave para que el nuevo sistema electoral pueda tratarse. La ley 613-N es historia y este jueves se tratará el proyecto que cambiará las reglas del juego.

Qué se viene

El proyecto de ley de Sistema de Participación Abierta y Democrática es como una Ley de Lemas con retoques. En este sentido, se define que los gobernantes se elegirán por agrupaciones y subagrupaciones. Esto quiere decir que cada partido político conforma una agrupación y cada candidato, una subagrupación.

Dentro de cada agrupación (popularmente conocida como “lema”) habrá una subagrupación. Cada voto que la ciudadanía emita para su candidato, irá para la agrupación. Esto significa que si el candidato A tiene 15 votos y el B 10, todos los sufragios pasan al A y, así, gana la agrupación con 25 votos.

El voto, de este modo, se vuelve algo indirecto, ya que puede salir electo un candidato que no recibió la mayoría de los votos sumado todos los de su agrupación, y no aquel que más sufragios consiguió de manera personal.

Ahora bien, respecto a las bancas en diputados y/o concejales, la lista tendrá representación en los mismos en el caso de que alcance el 10% de los votos. Y aquí deviene el acuerdo al que se llegó este lunes, que plantea que los votos de aquellos que no llegaron se reparten proporcionalmente entre los que sí alcanzaron el tope.

Finalmente, la proporcionalidad de las bancas se define con el sistema D’Hondt. Este sistema plantea que, una vez finalizada la votación y realizado el recuento, comienza el reparto de escaños. Las candidaturas se ordenan de mayor a menor según el número de votos y excluyendo a aquellas que no han conseguido superar la barrera del 10%. Después, ese número total de votos de cada candidatura se divide por dos, por tres, por cuatro y así sucesivamente, tantas veces como bancas haya.

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