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Policiales > Historia trágica

El joven atropellado en Santa Lucía comenzó a trabajar con su papá porque quería hacerse un asado por sus 18

El viernes era su cumpleaños. Su vída se apagó este martes tras ser arrollado por un taxi. 

26 de abril de 2022

Roberto Eduardo Arias de 17 años había salido esta mañana del martes en bicicleta junto con su papá. Ambos se dirigían a una obra en construcción. Su padre Juan Arias fue albañil toda su vida y Roberto había crecido con esa imagen. Por eso, con motivo del festejo de sus 18 años y porque quería comprarse unas zapatillas, le pidió a su padre hace una semana que lo dejara trabajar con él para hacerse un dinero. Pero todo ese sueño o deseo quedaría atrás. Un taxi arrollaría al joven en calles Manuel Quintana y San Lorenzo, en Santa Lucía, y terminó con una vida llena de proyectos.

El siniestro vial se produjo a eso de las 8. Roberto iba por calle Quintana de norte a sur y cuando dobló por San Lorenzo hacia el este fue arrollado por el Fiat Siena, que circulaba de oeste a este. El auto era conducido por Raúl Alberto Ontiveros de 60 años.

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Personal de Comisaría 29º, con jurisdicción en el lugar del siniestro vial, tomó conocimiento de la tragedia y alertó a las autoridades de la Fiscalía Delitos Especiales. El fiscal Francisco Micheltorena dispuso que se investigue la escena de la tragedia. Arribaron al lugar efectivos de Criminalísticas y más funcionarios de la unidad fiscal, que estaban de turno. La primera hipótesis, aún resta que se conozcan las pericias y el resultado de la autopsia, es que el auto taxi atropelló y mató al chico.

El chofer quedó detenido a disposición de la UFI Delitos Especiales. En los próximos días será llevado ante un juez para ser imputado por el delito de homicidio culposo. La fiscalía buscará determinar el grado de responsabilidad que tuvo en el hecho fatal. 

Roberto era muy buena persona y amigo, según indico Sergio Sánchez a este diario, un amigo de la adolescencia. La víctima fatal había empezado a trabajar, pero también estaba estudiando en una escuela nocturna para terminar la secundaria. Uno de sus hobbies, era jugar a la pelota y era una persona que le gustaba estar en su casa y compartir con sus abuelos. Con el dinero que ganaba como albañil pensaba pagarle un asado a sus amigos y familiares con motivo de su festejo de los 18. Por otra parte quería comprarse unas zapatillas, esas que tantas le gustaban, según contó su primo Lucas Sánchez. 

El joven vivía en el Lote Hogar 21, al fondo de la casa de sus abuelos. Era el mayor de seis hermanos. El viernes iba a cumplir los 18 años y quería festejarlo a lo grande. Ayer lunes se había cortado el pelo. Sin embargo, el festejo quedó trunco, sus padres y sus abuelos, destrozados.

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