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Política > Transición política

Espejo intentará adelantar la auditoría de las cuentas de Iglesia

Busca conocer el estado del municipio antes de asumir. La principal duda que tiene es el monto de la deuda, pero también tiene interrogantes sobre el uso de las regalías y la cantidad de personal.

POR REDACCIÓN

12 de julio de 2019

“No quiero esperar hasta asumir, queremos saberlo lo antes posible para no llevarnos ninguna sorpresa”. La frase es del intendente electo de Iglesia, Jorge Espejo, y es el argumento de su intención de no esperar hasta el 10 de diciembre para saber ciencia cierta en qué estado recibirá el municipio. El bloquista quiere adelantar la auditoría y le pedirá al actual intendente, Marcelo Marinero, que lo deje revisar las cuentas ya. La preocupación y la ansiedad del ganador de las elecciones del 2 de junio se deben a que la deuda que dio a conocer su antecesor es de $15 millones, mientras él tiene información de que es más del doble.

La transición entre la gestión de Marinero y la que encabezará Espejo no es la mejor. Si bien los dos aclaran que la munición gruesa que se tiraron en campaña es cosa del pasado, no hay certeza del estado de las cuentas del municipio y eso genera tensión entre ambos.

Marinero salió a decir hace poco que la deuda que mantiene la comuna con los proveedores asciende a $15 millones. Espejo tienen información que le acercaron desde adentro del municipio que indica que ese monto en realidad es de $40 millones y que hay otras obligaciones impagas que el actual jefe departamental no está dando a conocer.

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Espejo había dicho que iba a hacer una auditoría apena se hiciera cargo, para determinar cuánto debe el municipio y el destino que han tenido los recursos, especialmente los que provienen de la minería (regalías). Pero ante las crecientes dudas, quiere apurar todo.

“No puedo no saber qué voy a recibir”, aseguró el intendente electo. Según le dijo a este diario, “queremos conocer cuánto antes los números, para saber qué medidas vamos a tomar desde el primer día porque el municipio tiene que seguir funcionando”.

Para poder hacer el control ya, Espejo necesita del OK de Marinero. De otra manera, los contadores y abogados que se encargarán del trabajo no podrían ingresar al municipio para revisar expedientes e instrumentos de pago, listado de proveedores y empleados y la cantidad de dinero que hay en las cuentas, entre otras cosas.

Marinero se va como uno de los jefes comunales más polémicos. Es que su gestión y la de su hermano Mauro, que gobernó Iglesia entre 2007 y 2011, tuvieron la ventaja de contar con millones de pesos extra de las regalías minera que deja el emprendimiento Veladero y nunca transformaron el departamento ni generaron un desarrollo que creara puestos de trabajo y riquezas para los lugareños.

Los de los Marinero es de no creer. En regalías mineras recibieron más de $800 millones que implican un monto mayor a la coparticipación y en lugar de destinarlas a obras de envergadura o favorecer las inversiones del sector privado, usaron gran parte en pagar ayudas económicas a entidades del departamento y miles de contratos por mes, incluso cuando la ley lo prohibía. Y hay muchas dudas sobre el destino de millones y millones a lo largo de los 12 años de mandato.

Además del tema del producido de la minería, hay sospechas de que algunos contratados por Marinero no trabajan y que algunos ni siquiera están en la provincia, es decir que cobrarían sin cobrar a modo de favor político. Es otro punto que Espejo quiere determinar. “El intendente dijo durante mucho tiempo que tenía menos contratados de los 1.500 que dice ahora, ni siquiera sé cuánto personal hay”, se quejó.

Del resultado de la auditoría no sólo dependen las acciones administrativas que pueda tomar Espejo, sino también eventuales consecuencias legales. El electo insiste en que si se topa con irregularidades, hará denuncias en el Tribunal de Cuentas y hasta en la Justicia Penal si se tratara de un delito contra el Estado.

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