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Provinciales > Historias sanjuaninas

Juno, el taller que se reinventó por la pandemia para seguir empleando a costureras sanjuaninas

Funciona en calle Mitre antes de Salta. Ese lugar es el punto de encuentro para 15 mujeres.

05 de agosto de 2020

La pandemia obligó a algunos emprendimientos a cerrar sus puertas. Sin embargo, este no fue el caso particular de Juno, un taller que cumplió un año empleando a costureras sanjuaninas para que tengan el sustento diario y puedan salir adelante. El 19 de julio fue el festejo virtual, más allá de su primer aniversario, para ellas esa fecha significó la capacidad de equipo para surfear en medio de la ola crítica que arrasó con distintos rubros.

El taller funciona en calle Mitre antes de Salta. Ese lugar es el punto de encuentro para que más de 15 mujeres que viven en distintos departamentos de San Juan pasen a retirar los retazos de tela para comenzar a diseñar. María José D’Amico o “Majo”, como la conocen “sus chicas”, es la encargada de abrir las puertas de lunes a sábado de 10 a 14. Además tiene una misión fundamental, es la que distribuye las tareas en el grupo.

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“El taller surgió con la idea de darle un espacio físico para que las mujeres se encontraran. Con esto consolidamos el trabajo en equipo y evitamos que las telas circulen de un lugar a otro”, comenta Majo a DIARIO HUARPE.

Pese a que el taller está fijo, el trabajo que tiene no lo es. Aparte del dinamismo para arreglar una determinada prensa, la labor que realizan las mujeres es remoto. La pandemia obligó a que cada una de ellas zurciera desde su casa para evitar aglomeraciones. Simplemente iban en horarios establecidos a buscar telas o los encargos que María José les había realizado. 

La encargada del taller se mueve entre su trabajo como costurera y las obligaciones de su casa. Vive en Santa Lucía junto a su marido y sus tres hijos: Renato, de 11; Fausto, de 10; y Francesca, de 4. Cuenta que su esposo estuvo sin poder trabajar durante toda la cuarentena y con sus costuras en el taller pudo llevar el pan a la mesa.

Habitualmente ingresan cerca de 10 pedidos de arreglos. Sin embargo, notaron que en todos estos meses la necesidad de la gente en cuanto a la ropa fue cambiando. Cuando comenzaron, las confecciones de vestidos o trajes de gala encabezaban la lista, pero con la pandemia y la suspensión de los eventos sociales su rutina cambió y pasaron a recibir más arreglos. “La gente viene por el cambio de un cierre o cuando la prenda se les rompió, algo que nosotros también hacíamos desde el principio, pero no con tanta frecuencia”, argumentó Majo.  

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Juno

El proyecto surgió hace 4 años con la meta de ayudar a mujeres que necesitaban trabajar. Se hizo una preselección, pero luego quedaron confirmadas aquellas que más allá de contar con una máquina de coser, tuvieron la actitud y responsabilidad de cumplir con los pedidos. La idea fue cobrando forma y se esparció por más de 7 provincias, actualmente hay más de 200 mujeres que trabajan bajo esta modalidad asistiendo a más de 15 empresas.

El salto de fama

Aún sin inaugurar el taller, en la edición 2019 de la Fiesta Nacional del Sol tuvieron su momento de mayor protagonismo cuando fueron las encargadas de confeccionarle el vestido a la invitada de honor, Natalia Oreiro. Rosario Ahumada, creadora del proyecto, sostuvo que luego de ese día enviaron algunos sobres para los locales de la cantante uruguaya a Palermo, en Buenos Aires, pero si bien siguen en contacto no volvieron a enviarle más trabajo.

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