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Opinión

La crisis la resolvió Cristina condenando a los porteños

El pueblo judío peregrinó durante 40 años por el desierto del Sinaí guiado por Moisés hasta llegar a la tierra prometida. Así relata el libro del Éxodo, la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto hace mas de 3000 años.

Según la tradición judía, la llegada a la tierra prometida se conmemora como la epopeya de la libertad. Cada año, desde entonces, nos preguntamos si nosotros también queremos salir de aquello que nos esclaviza y de qué faraones nos queremos liberar.

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"Frentetodismo al palo" así se denominó el encuentro virtual de la militancia del partido Justicialista.

En la arenga por zoom el Presidente afirmó: "No veo la hora de que la pandemia se termine. Ese día vamos a salir a la calle y ese día va a haber un banderazo de los argentinos de bien, de los argentinos que queremos al argentino de al lado, de los que no queremos muertes, de los que no dudamos que somos libres, de los argentinos que no nos fuimos a Suiza. "Cristina y yo estamos en la misma vereda, porque los dos entendimos que no hay otro camino" .

No padecieron 40 años la sed del desierto. Fueron apenas cuatro,entre 2015 y 2019. Los más humillantes que recuerden desde el regreso de la democracia. No están dispuestos a volver a olfatear los barrotes de Comodoro Py.

El profundo deterioro socioeconómico que sufre la Argentina desde hace décadas tuvo ayer uno de sus capítulos más delicados, que debería llamar a la reflexión y marcar un punto de inflexión.

El Gobierno enfrenta una semana de profunda conflictividad. Como en una tormenta perfecta, confluyen tres crisis en simultáneo. La toma de tierras, el conflicto policial, y la debacle social y económica. Todas ellas desnudan los verdaderos problemas internos de la gestión.

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Los intendentes no quieren al ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires Sergio Berni. Se lo dijeron al presidente Alberto Fernández en una reunión en Olivos la semana pasada de la que también participó el gobernador Axel Kicillof.

El problema es que a Berni no es solo Cristina quien lo respalda; también existe un sector de la sociedad que convalida al personaje mediático que construyó. El reclamo de la Policía Bonaerense ya tiene sus réplicas en Chaco, Jujuy, Rio Negro, Chubut, Santa Fe que se suman así a las preexistentes de Misiones y La Rioja.

En 2013 un conflicto similar tuvo epicentro en Córdoba. Cuando aquel reclamo llegó a Buenos Aires las manifestaciones fueron en el Edificio Centinela. Ahora los policías están frente a la Quinta Presidencial de Olivos. Dejan expuesta la falta de liderazgo y debilitan la autoridad presidencial.

Los referentes más duros del kirchnerismo ven detrás de todos los conflictos un proceso de desestabilización motorizado por sectores del macrismo y los medios de comunicación. Los conspiradores de siempre.

Deberían mirar también puertas adentro del espacio, ya que son varios los que postulan nombres para suceder a Berni. El dilema es que el centro de operaciones de la crisis se da en el territorio de Cristina Kirchner. El conurbano bonaerense.

El ministro de Economía Martin Guzman afirmó que busca bajar el déficit del 10 al 4,5%. ¿Cómo explicara que el IFE o el ATP no son derechos adquiridos cuando finalice la pandemia? ¿Cómo enfrentará futuros reclamos salariales una vez que ceda a la demanda de los policías?

En estas últimas horas se sumaron al pedido de recomposición salarial los agentes del Servicio Penitenciario Bonaerense. Los profesionales de la salud nucleados en la Cicop calificaron de injusto un aumento salarial al personal de seguridad sin tener en cuenta al de salud.

En la tarde de ayer el vocero presidencial Juan Pablo Biondi estaba en una reunión vía Zoom ya programada con un grupo de periodistas. A los cinco minutos de comenzar el encuentro se disculpó, mostró su teléfono y dijo que lo llamaba el presidente Alberto Fernandez. Media hora después irrumpió junto con Julio Vitobello, Secretario General de la Presidencia, en la puerta de la Quinta de Olivos pidiéndoles a los policías que reclamaban que depongan esa actitud. La intervención fue infructuosa.

La CGT, también ayer por la tarde, emitió un comunicado cuyo título es: "Condenamos el exceso del legítimo reclamo". La central obrera en contra de un reclamo de los trabajadores. No solo pone en juego su deshilachada representatividad, sino también deja muy debilitado al propio Gobernador al que pretende apoyar.

La presencia de efectivos armados en la residencia de Olivos terminó encolumnando al PJ detrás del Presidente. La oposición también debió salir a cuestionar el método del reclamo.

Paradojas de la Kuarentena. Ya nadie le teme a la calle. Los únicos que no pueden salir son los que apoyan al Gobierno. El Presidente lo expresó con claridad cuando se lamentó por no poder convocar al "banderazo de los argentinos de bien".

Cuando caía la tarde a través de su cuenta de Twitter Alberto Fernandez escribió casi como un lamento: "A quienes quieren venir a acompañarme, los abrazo y les pido que no olviden que estamos en pandemia".

El conflicto se resolvió siguiendo los lineamientos de Cristina Kirchner. En un acto en La Matanza en diciembre de 2019 Cristina afirmó: "El país siempre tuvo riqueza en la Capital mientras que la periferia tiene pobreza estructural. Es la ciudad más rica de un país donde ha vuelto el hambre". Luego dio datos de coparticipación, cantidad de habitantes y extensión geográfica. Los mismos que el Presidente mostró anoche en la conferencia.

Está claro que el conflicto es político. Cristina sigue construyendo poder desde el territorio donde tiene los votos. La Ciudad siempre le ha dado la espalda. Para CFK, allí no están los argentinos "de bien".

Publicado primero en El Cronista

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