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Las intimidades que el papa Francisco reveló en una entrevista que autorizó publicar después de su muerte

El Trece publicó la entrevista que el Pontífice le concedió a Nelson Castro y habla sobre diferentes aspectos de su vida.

POR REDACCIÓN

23 de abril de 2025
El Papa recordó haber acudido a una psiquiatra durante la dictadura militar argentina de 1976.

Una entrevista inédita concedida por el papa Francisco a Nelson Castro fue publicada recientemente por El Trece, tras haber sido autorizada por el propio Pontífice para difundirse sólo después de su muerte. El documento ofrece una mirada íntima y conmovedora sobre la vida interior de Jorge Mario Bergoglio, desde sus emociones durante el cónclave hasta sus reflexiones sobre la ansiedad, la tristeza, y el dolor humano.

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En un testimonio sin precedentes, Francisco recordó el momento de su elección como Papa con palabras que desmitifican cualquier imagen de tensión o angustia: “No sentí ansiedad, sino paz”, afirmó. Aunque describió el proceso como desconcertante en un primer momento, señaló que encontró serenidad rezando el rosario, mientras la votación se inclinaba a su favor. “La primera elección fue muy dispersa”, rememoró. Fue el cardenal Cláudio Hummes quien, entre susurros, lo animó: “No te preocupes, el Espíritu Santo actúa así”. Al ser elegido, Hummes volvió a acercarse para pronunciar una frase que lo marcó profundamente: “No te olvides de los pobres”. Esa exhortación lo llevó a elegir el nombre Francisco, en honor a San Francisco de Asís.

La entrevista revela también aspectos más humanos y cotidianos del Papa. Habló de sus sueños —“a veces cosas lindas, recuerdos”— y de su rutina austera: acostarse a las 21, leer hasta las 22 y despertarse religiosamente a las 4 de la madrugada, “tres minutos antes de que suene el despertador”. Incluso bromeó con tener “un reloj especial en el cerebro”.

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Francisco se mostró especialmente conmovido por el sufrimiento de los niños y ancianos, en particular aquellos afectados por el hambre, la pobreza o el abandono. “Los chicos soldados, los que mueren de hambre... eso me toca mucho”, confesó.

En un gesto poco habitual para una figura pública de su jerarquía, el Papa también abordó su salud emocional con notable franqueza. Recordó haber acudido a una psiquiatra durante la dictadura militar argentina de 1976, en un momento de gran tensión. “Fueron seis meses que me ayudaron muchísimo. La doctora Rubel, una gran mujer”, contó. Aquel período estuvo marcado por su participación en acciones arriesgadas para proteger a perseguidos políticos. “Imagínese; llevar escondido en el auto de atrás a uno, tapado con una frazada y pasar tres controles de Campo de Mayo”, rememoró.

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Francisco habló sin rodeos de las neurosis, a las que considera compañeras de vida. “Hay que cebarle mate a la neurosis, acariciarla. Conviene saber dónde le chillan a uno los huesos espirituales”, expresó con ternura y humor. En cuanto a la ansiedad, aseguró tenerla “bastante domada”, y recomendó: “Festina lente... apurate despacio”.

Sobre su salud física, reveló haber enfrentado un desequilibrio entre el páncreas y el hígado, lo que requirió una dieta estricta para evitar complicaciones mayores. “No era el peso el problema, era que no andaba bien”, explicó.

El reportaje también muestra a un Francisco afectado por la pérdida. “La muerte de papá, de mamá... son tristezas hondas, de familia”, dijo. A pesar de esas experiencias, se definió como alguien que no guarda rencores: “A veces me arrabio, como dicen acá, pero de ahí no pasa. Me hace daño guardar rencor”.

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