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Farándula

Martina Gusmán, la actriz que ayuda a presos en la ficción y en la realidad

La actriz lleva una vida activa en cuanto a trabajo social, desde el arte ayuda a los presos en su proceso de reinserción. 

POR REDACCIÓN

20 de agosto de 2019

“La idea no es convertir San Onofre en un jardín de infantes, sino mejorar las condiciones de los internos".

La experiencia de Martina Gusmán en Leonera (2008) y las grabaciones de El Marginal despertaron una inquietud que la llevó a investigar y reunirse con mujeres que estaban detenidas. "Había algo que siempre me preguntaba sobre la reinserción social", cuenta quien coordinó un taller en la unidad 18 de la cárcel de Ezeiza.

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Fueron 12 encuentros en los que realizaron todo tipo de actividades artísticas con el fin de adquirir habilidades sociales para la reinserción: obras de teatro, películas, escritos, debates de cine. "Cosas que los inviten a proyectarse como sujetos constructores de sus propios destinos en el afuera", detalla y califica dicha experiencia como enriquecedora.

En tanto, ya está planeando seguir con su vocación social y hacer más talleres en otros penales junto a un compañero que es profesor de teatro y actor.

Por otro lado, cuando comenzó a grabar El Marginal, Martina comenzó su proyecto en conjunto con Fundación Sí -liderada por Manuel Lozano-. Allí, realiza distintos tipos de tareas que hoy, asegura, ocupan el cincuenta por ciento de su vida: forma parte de un grupo de acompañamiento de gente en situación de calle, coordina una residencia universitaria y también participa de manera activa en el equipo de psicología. "Había una mezcla de ficción y realidad bastante particular", reconoce sobre su rol social sumado a las grabaciones del unitario de Underground.

"Terminé de cursar la carrera de psicología, solo me falta la tesis", destaca quien se recibe a fin de este año. "Desde que comencé la serie, mi actividad social cobró mucha más relevancia", confía quien también formó parte de las películas La quietud, El hijo, Lucía y Quemar las naves.

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Por su parte, sostiene que su inquietud relacionada con lo social fue "desde siempre", ya que sus padres fueron militantes en la época de los 70. "Yo milité desde los 13 años en diferentes villas. Cuando era chica estaba más asociada a partidos de izquierda. De grande, estaba más deseosa de poder encontrar un espacio que sea apartidario: que tenga que ver más con lo social", cuenta quien también fue parte de la serie El mundo de Mateo.

Pasaron cuatro años desde la primera vez que Martina Gusmán entró al penal en donde se grabaron todas las temporadas de la serie, y si bien con el tiempo se acostumbró y logró verlo como un set de filmación, admite que sus sensaciones en ese entonces fueron muy impactantes.

"Cada vez que uno entra es súper fuerte. Por más que después se convierte en un lugar al que vas todos los días y estás rodeado de gente, no deja de tener una historia muy fuerte atrás: pasaron muchas cosas, hubo mucho sufrimiento, muchas peleas, muchas penas a pagar. Y eso se siente en las paredes".

FUENTE: Teleshow

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