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Consejos esenciales para proteger tus plantas del calor extremo
Durante las olas de calor, las plantas requieren cuidados específicos para evitar daños por las altas temperaturas. Te contamos cómo regarlas, cuidar el césped y proteger las raíces para mantenerlas saludables.
POR REDACCIÓN
Las altas temperaturas no afectan solo a las personas; las plantas también sufren las consecuencias de las olas de calor que cada vez son más frecuentes en Argentina. Para evitar que se marchiten o dañen, es fundamental adaptar su cuidado a estas condiciones extremas.
Uno de los aspectos más importantes es el riego. Los expertos recomiendan regar las plantas bien temprano por la mañana o al anochecer, ya que hacerlo en estos horarios evita que el agua se evapore rápidamente y permite que las raíces la absorban de manera óptima. "El riego es clave, pero hacerlo en cualquier momento del día no es lo más efectivo", señalan. Por el contrario, regar al mediodía puede dañar las raíces debido al agua caliente.
En cuanto al césped, es aconsejable no cortarlo demasiado bajo durante días de calor intenso. Dejarlo a una altura adecuada ayuda a protegerlo del sol y a conservar la humedad. Si el pasto está recién sembrado, hay que mantenerlo bien hidratado y cubrirlo con alguna protección liviana en caso de sol muy fuerte.
Otra técnica recomendada para proteger las plantas es el mulching, que consiste en cubrir la base con pasto seco, hojas o paja. Esta barrera natural protege las raíces del sol y ayuda a mantenerlas frescas y húmedas. "Es un truco sencillo que también se usa mucho en invierno, pero que en verano puede salvar a tus plantas de un golpe de calor", explican los especialistas.
Las plantas de interior también requieren atención. Se deben evitar ubicarlas cerca de aparatos como aire acondicionado o ventiladores, ya que estos pueden secarlas rápidamente. Lo ideal es colocarlas en un lugar con luz natural pero sin exposición directa al sol para que se mantengan saludables.
Durante la ola de calor, es clave ajustar la rutina de cuidado: revisar las plantas con frecuencia para detectar signos de estrés, como hojas secas o caídas, y modificar el riego según sea necesario. Además, se recomienda no regar en exceso para no ahogar las raíces, evitar fertilizar en estos días para no quemarlas, y no usar agua muy fría para prevenir un "shock térmico".
Estos cuidados simples pero esenciales pueden marcar la diferencia para que tus plantas sobrevivan al calor extremo y sigan siendo un refugio verde y fresco en tu hogar.