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General Acha, el día que tomó a San Juan sin recibir resistencia

El 13 de agosto de 1841, el general Acha tomó la provincia. La historia de un hombre que vivió como independentista y murió de un tiro en la espalda.

13 de agosto de 2022

El 13 de agosto de 1841, el general Mariano Acha tomaba San Juan. Hoy se cumplen 181 años del día en el que comenzó uno de los enfrentamientos más sanguinarios del país. El día que llegó “el traidor traicionado”.

Para conocer la historia y armar el perfil de una personalidad que cosechó mala fama en la provincia, DIARIO HUARPE consultó a Francisco Ceballos, profesor de la cátedra de Historia de San Juan de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ).

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La historia detrás del nombre

El general Mariano Acha fue un importante militar en las guerras civiles argentinas. Nació en el 11 de noviembre de 1799. Formó parte del ejército libertador y participó de la batalla de Cepeda.

Comenzó formando parte de los federales, pero luego pasó a ser uno de los más importantes unitarios. Además participó de las campañas contra los pueblos originarios.

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Fue también uno de los que “tomó” a San Juan en un momento en el que tomar los territorios era considerado una invasión.

La provincia sin resistencia

En 1841, la Confederación Argentina era gobernada por Juan Manuel de Rosas. Había cuatro personajes que encabezaron la ofensiva contra él: Brizuela, Gregorio Aráoz de Lamadrid, Juan Lavalle y Mariano Acha, que lideraron el Ejército Combinado del Norte. En este contexto, las batallas entre unitarios y federales formaban parte del día a día y aumentaban en violencia combate tras combate.

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En ese momento, San Juan era gobernado por Nazario Benavides, el llamado “Caudillo Manso”. El objetivo de Acha era tomar San Juan y de esta manera proveerse de animales (valiosísimos en campañas militares) y asegurarse una entrada a Mendoza.

Hay que tener en cuenta que era agosto, mes frío y ventoso en San Juan. La imagen fue la siguiente: unos 500 hombres liderados por Acha. El general entró a San Juan y fue recibido por Osvaldo Lima, un vecino reconocido de la ciudad. La provincia fue tomada sin ofrecer resistencia.

Ceballos contó: “Entre los documentos hay quienes afirman que Acha puso una guardia en la puerta de Benavides como un gesto de demostrar que respetaba su posición de general y cuidarlo”. Si bien parece un dato anecdótico, sirve también para entender en qué condiciones se resolvían los asuntos: el campo de batalla.

Encuentro de caballeros

El 13 de agosto comenzó lo que sería la última campaña de Acha. En San Juan sellaría su destino. Es que después de tomar la ciudad, el 16 de agosto se enfrentó al Ejército Combinado de Cuyo en la "Batalla de Angaco” liderado por Nazario Benavides y Félix Aldao. Batalla es señalada como la más sangrienta de las que hubo en las guerras civiles. El saldo se estima en cerca de 1.500 muertos.

Acha, con 500 hombres, le hizo frente a 2.000 federales. En su bando se registraron cerca de 200 bajas, mientras que en el bando de Benavides, se registraron unas 1.000 aproximadamente.

Sin bien fue Acha quien se alzó con la victoria, Benavides volvió a arremeter contra el general el 18 de agosto en La Chacarilla. Los historiadores de la época agregan que fue un día de viento Zonda y por sorpresa atacaron a Acha. Ese día comenzó el derrotero del general haciendo que se refugiara en la Catedral.

Allí, Benavides le envió un ultimátum. Se ubicó en la calle San Agustín (actualmente llamada General Acha) apuntando con un cañón a la Catedral donde se guarecía. Finalmente, Acha terminó entregándose el 22 de agosto.

Acha pidió que se le respetara el cargo de general. Se cuenta que Benavides lo tuvo de prisionero en su casa, que cenaron juntos antes de ser entregado a José Félix Aldao.

La imagen fue la siguiente: era de noche, las velas iluminaban a dos enemigos. Había dos maneras de entender el país. Mientras uno alberga al enemigo, el otro fusiló a sanjuaninos. El ambiente era tenso. Hay que recordar, Acha fue uno de los cuatro unitarios que se enfrentó Rosas. Su cabeza valía.

Finalmente, una vez entregado, Acha fue asesinado.

“La traición del traidor”

Acha fue quien entregó a Dorrego a Lavalle. El general que fue fusilado y del que Sarmiento escribió “la muerte de Dorrego fue uno de esos hechos fatales, predestinados, que forman el nudo del drama histórico, y que, eliminados, lo dejan incompleto, frío, absurdo”.

Después de ser entregado, Acha fue fusilado por la espalda en San Luis. Así terminó la historia de Mariano Acha, quien participó en las Guerras de la Independencia, aquel que comenzó como federal y terminó como unitario. El mismo que hoy es conmemorado en una de las calles más importantes de San Juan, provincia que invadió y derramó sangre sanjuanina.

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