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Provinciales

Hogares transitorios: la familia que empezó todo cuenta su historia

“Nuestra vocación está por encima de toda posibilidad”, comenzaron reflexionando Rosa y Raúl Mengual, en medio de un contexto que no es el más favorable para una actividad solidaria con 22 años de historia.

POR REDACCIÓN

06 de noviembre de 2014

Es que hoy peligran los Hogares de Belén, que al­bergan a chicos vulnerables que no están en situación ni de adoptabilidad ni de regreso a su familia biológica, con el ob­jetivo de que tengan contención familiar en vez de esperar las decisiones judiciales en institutos. La jueces de menores ac­tuales no quieren seguir dando chicos en guarda.

Sin embargo, el matrimonio Mengual, quien inició con los Hogares de Belén en la provincia y procuró mejorar la calidad de vida de 316 menores, no baja los brazos, porque su historia es una historia de perseverancia y la siguen transitando.

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Vida con vocación

Una vez casados, Rosa y Raúl no podían tener hijos y decidieron inscribirse en el Re­gis­tro de Adoptantes. Así llegaron Alejandro, que hoy tiene 30 años y dos años después, Javier, que hoy tiene 28.

La vida los sorprendió cuando Rosa quedó embarazada y dio a luz a Germán, su hijo biológico, hoy médico de 26 años. Luego de este nacimiento, el juez Lloveras los invita a tomar la iniciativa de formar el Se­r­vicio de Adopción del Mo­vimiento Familiar Cris­tiano, un grupo abocado a contener y a preparar familias en lista de espera para recibir chicos en adopción. Hasta que Raúl se sintió movilizado por el proyecto específico de Hogares de Belén, que existía en otras diócesis, pero no en San Juan.

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“Me interesó y destiné unas vacaciones a indagar”, cuenta Raúl. Fue así que meses después, el juez comentó de cuatro hermanitos institucionalizados y Raúl pidió tener durante un fin de semana a una de ellas, Marcela.

“Tenía 14 años. Pasó el fin de semana con nuestra familia y al momento de volver al instituto no quiso entrar, quiso volver a nuestra casa”, recuerda Raúl. Mientras cuenta su historia y la de su familia remarca con intensidad: “El interés del niño es el parámetro de todo sistema”. Fue justamente este concepto el que obligó a la Justicia dar en adopción a Marcela, quien hoy tiene 40 años y 4 hijos, a la familia Mengual.

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La historia transcurría de la mano de los jueces de aquel momento que, con el mismo paradigma de los Mengual, priorizaba a familias de tránsito antes que a los institutos. Fue así que llegó Carlos para estar transitoriamente con los Mengual, con apenas un año de vida y grado tres de desnutrición. Rosa recuerda que “pesaba 5 kilos 900”. Cuatro a­ños después llegó el momento de darlo en adopción y los Mengual lucharon para que Carlos quedara con ellos. “Ya a esa edad irse hubiera significado para él otro abandono. Hi­cimos todo para que estuviera con nosotros”, comentó Rosa. Carlos hoy tiene 23 años y es estudiante de psicología.

Años más tarde, Pamela, una pequeña mamá de 11 años, violada por su papá y un amigo de su papá, llegó a manos de la Justicia sin saber si seguir siendo una niña o criar un hijo. Los Mengual la recibieron y no la dejaron ir más. Vale destacar que cuando los chicos son mayores es muy difícil que sean aceptados para adopciones definitivas por las familias inscriptas en el Registro de Adop­ción. Hoy Pamela estudia para ser chef. Se la ve una mujer con firmeza y contenida.

Los Mengual tienen 6 hijos y 5 nietos y mantienen fluida comunicación con los 47 chicos que aún están en Hogares de Belén en las familias voluntarias.

Para ellos, nada está perdido. “Aún conservamos el corazón ardiente por la vocación, mente fría para hacer las cosas bien, oídos abiertos para cada mensaje y boca prudente para lo que debemos decir”, reflexionan, y agregan: “Los co­mentarios tendenciosos de la Justicia son expresiones poco felices y atropellos. Conceptos equívocos y violadores de los derechos constitucionales de los niños”.

Para finalizar, los Mengual cuentan que iniciarán una campaña de recolección de firmas para que las familias voluntarias puedan continuar brindando contención a menores. Pero, se los ve desbordados de tranquilidad. “Al gobernador no le gusta que se toque la sensibilidad de la gente” dice Rosa, y Raúl reafirma: “la vocación está por encima de toda posibilidad, seguiremos”.

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