Salud y Bienestar
Bronquitis: lo que hay que saber sobre la enfermedad viral más común
La bronquiolitis es una enfermedad viral bastante común y algunas veces grave, que expresa una inflamación aguda de las vías aéreas inferiores (bronquiolos).
POR REDACCIÓN
Afecta principalmente a los más pequeños, en especial a los bebés menores de 6 meses, y es más frecuente en los meses fríos (otoño e invierno).
¿Cómo se contagia?
El virus se transmite de una persona a otra por el contacto directo con las manos contaminadas con secreciones nasales o a través de gotitas aerotransportadas generadas al toser o estornudar, por aquellos que presentan la enfermedad.
¿Cuáles son los síntomas?
La bronquiolitis suele comenzar como un resfrío y puede presentar alguno de los siguientes síntomas: tos, fatiga, fiebre, respiración muy rápida, aleteo nasal o retracción de los músculos del tórax en un esfuerzo por respirar, cansancio, color azulado en la piel, las uñas o los labios debido a la falta de oxígeno (cianosis): en este caso necesita tratamiento urgente.
¿Cómo puede prevenirse?
-Mantener la lactancia materna.
-No exponer a los niños al humo del cigarrillo.
-Lavarles las manos a los niños con agua y jabón con frecuencia.
-Mantener alejados a los bebés de aquellas personas que están resfriadas o tienen tos.
-Si alguien en la familia tiene alguna infección de las vías respiratorias, debe lavarse las manos con frecuencia, especialmente antes de manipular al niño.
¿Cómo se trata?
Los antibióticos no son efectivos contra las infecciones virales. El tratamiento incluye broncodilatadores administrados con un aerosol y una aerocámara (“paf”), medidas de sostén y oxígeno si fuera necesario.
Fumadores pasivos, propensos a contraerla
Además del alto riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, los llamados fumadores pasivos son altamente propensos a presentar otras afectaciones pulmonares como: bronquitis, enfisema pulmonar, EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) y asma.
El fumador pasivo tiene riesgo de desarrollarlo hasta en un 30 por ciento, mientras que en lo que respecta a enfermedades cardiovasculares e infartos, sus probabilidades son de hasta un 25 por ciento. Los efectos nocivos de inhalar el humo del cigarro (el cual se ve potencializado, dado que las sustancia tóxicas se combustionan al salir de la boca del fumador activo), pueden presentarse a mediano o largo plazo, entre 10 y 20 años después.
No obstante, el exponerse pasivamente a esta alta toxicidad triplica los efectos del cigarro en el organismo.
Un sector con alto riesgo son los meseros y quienes trabajan en áreas donde aún se permite el consumo de tabaco en lugares cerrados, como bares, antros y restaurantes. La concentración de sustancias tóxicas y nocivas del tabaco se queda suspendida en lugares cerrados, principalmente en habitaciones y a su vez en muros y paredes.