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Crimen del policía: piden elevar a juicio la causa y pedirán la pena máxima para su pareja Diego Espejo

Fiscalía colectó todas las pruebas y no hay dudas sobre la autoría del hecho. “Mura no tuvo la posibilidad de defenderse, él nunca imaginó que su pareja lo iba a aniquilar”, dijo el fiscal Adrián Riveros.

28 de mayo de 2021

Son días intensos en la Unidad de Delitos Especiales. Se espera que en las próximas horas el asesinato del efectivo de la Policía de San Juan, Oscar Mura (26), sea elevado a juicio para condenar a su pareja, Diego Espejo. Si bien el Ministerio Público Fiscal tenía un plazo de siete meses para investigar, entendieron que ya colectaron todas las pruebas y que no hay dudas sobre la autoría del hecho.

El fiscal Adrián Riveros comentó a DIARIO HUARPE que ya se practicaron todas las diligencias para cerrar la investigación y que Espejo es el autor principal. En ese sentido Fiscalía pedirá que se culmine el periodo de la preparación de la acusación para directamente incriminar al potencial responsable. Una de las pruebas contundentes es que el atacante se quedó en la escena del crimen y fue sorprendido por los efectivos policiales. Al mismo tiempo, en la audiencia de formalización reconoció que le disparó, pese a destacar que con Mura vivía un calvario en cuanto a su relación amorosa.

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“Entendemos que se han colectado todas las pruebas necesarias y conducen a la responsabilidad penal de Espejo por el fallecimiento de Mura. Ahora corresponde acusarlo en ese sentido”, comentó el fiscal.

Riveros indicó que Espejo será acusado de la comisión del delito de homicidio doblemente agravado. Una de las causales tiene que ver con el vínculo que los unía como pareja (hace un año estaban juntos) y otra la alevosía con la que realizó el acto. En el Código Penal esta figura tiene una pena que va entre los diez (10) a veinticinco (25) años de prisión o reclusión. El fiscal argumentó que no habría, hasta el momento, ninguna atenuante y que el detenido comprende la criminalidad del acto.

“Mura en ningún momento tuvo la posibilidad de defenderse. Por el grado de confianza que tenía, en virtud de ser pareja, no tuvo ningún recaudo o no se imaginó que Espejo iba a tomar su arma reglamentaria y lo iba a aniquilar”, explicó.

El joven era efectivo de la Policía de San Juan. Foto: archivo.

El fiscal relató que todas las pruebas apuntan contra la pareja de Mura. Recabaron el relato de varios testigos y cotejaron los elementos que se encontraban en el departamento. Además, la última pericia fue la de las esposas que tenía colocadas Espejo entre sus manos luego de cometer el aberrante hecho. En el análisis, que se realizó en Mendoza, se determinó que el joven se las colocó posteriormente al homicidio. Otro de los puntos que lo incriminan es que el arma reglamentaria que usaba el fallecido para cumplir con su tarea se trabó, de lo contrario hubiera seguido disparando, según se sostiene en la causa.

El dolor de la familia

Estamos mal”, dijo a este medio Eliana Mura, hermana del efectivo asesinado. “No percibíamos ningún rastro de violencia entre ellos. Mi hermano era una excelente persona, un hermoso ser humano”, contó. “Si lo tengo de frente (a Espejo) le preguntaría por qué lo hizo”, sostuvo consternada.

EL CRIMEN

Las horas previas

El escenario del crimen fue una casa que ambos alquilaban desde el mes de octubre en el interior del barrio Sarmiento, departamento Chimbas. Sin tomar dimensión de lo ocurrido, Espejo explicó que él arribó a esa vivienda cerca de las 19 horas del jueves 18 de marzo. Aparentemente venía de tener una discusión con su exmujer, con la que tiene dos hijos.

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Fuentes policiales relataron que el joven se quebró en llanto y sostuvo que desde esa hora estuvo en la casa esperando a Mura que, cerca de las 23, regresó luego de cumplir sus tareas como adicional en la Comisaría 17°.

La pareja decidió ir a un bar céntrico donde compartieron una velada que se extendió hasta la 1 de la madrugada y luego retornaron a su domicilio, pero se bajaron del taxi en calle Neuquén y Mendoza, es decir, tres cuadras antes. Mura vomitó y quedó registrado en las cámaras de seguridad. Los peritos indican que minutos antes de las 3.00 del viernes 19 de marzo se desató una feroz discusión entre ambos que derivó en que Espejo tomara el arma reglamentaria de su pareja y le disparara a quemarropa cuatro veces: tres en el abdomen y lo remató con un disparo en la espalda.

Diego Espejo podría ser condenado a la pena máxima del delito de homicidio doblemente agravado. Foto: archivo.

Las horas posteriores

Al menos tres estruendos inquietaron al vecindario, aunque de acuerdo al relato del principal testigo de la causa, Matías Rossini (hijo de la dueña del complejo habitacional y locador de la pareja), se percibieron como golpes de chapa. Rossini se levantó de su cama y se dirigió hasta el patio. Pensó que el ruido había sido generado por ladrones que querían quedarse con sus herramientas, sin embargo valiéndose de la linterna de su celular observó que todo estaba en orden. Volvió a su cuarto, aunque rápidamente ese silencio sepulcral se rompió con golpes de puertas y muebles que escucharon en la casa en la que vivía Mura con Espejo.

El testigo abrió la puerta de su casa y se sorprendió al encontrarse con Espejo en la puerta de su vivienda. “Ayudame Matías. Mirá cómo me tiene, no sé lo que hice”, fueron las palabras que pronunció el presunto asesino.

El implicado estaba esposado y con una pistola calibre 9 milímetros entre sus manos. “Pará, pará”, fue la respuesta de Rossini. Espejo ingresó a la casa de la tragedia, dejó el arma sobre la mesa del comedor y le señaló al testigo la habitación en la que yacía Mura. En esa oportunidad el locador solamente vio los pies del difunto.

Espejo salió de la vivienda. Estaba semidesnudo: solamente un bóxer cubría sus partes íntimas. El testigo relató que el joven, de 28 años, estaba nervioso. Para tranquilizarlo lo abrazó y trajo una banqueta para que se sentara. Mientras tanto él y su pareja, Daniela Suárez, llamaron a la Policía para pedir ayuda. 

Rossini le indicó a los efectivos que se había desatado un conflicto de pareja. Desde el 911 le pidieron constar si Mura estaba todavía con vida. El testigo ingresó hasta el dormitorio de sus vecinos y vio al policía tendido en el suelo, sin signos vitales.

A las 3:20 llegaron al lugar el oficial ayudante Matías Castro y el cabo Marcelo Guerra. Fueron recibidos por Suárez. La mujer les pidió que ingresaran al predio por medio de un pasillo. Los agentes relataron que se encontraron con dos varones sentados en el fondo. Rossini sujetaba a Espejo que, desconsoladamente, gritaba: “Él sigue vivo, yo no lo maté, no lo maté”. El testigo dijo que el presunto criminal estaba ofuscado y quería encerrarse en otro departamento de ese complejo habitacional.

La detención

Pasó casi una hora y cerca de las 4:54 comenzó el trabajo de la División de Criminalística para sacar el cadáver. Además la Unidad Fiscal de Investigación 4, a cargo del fiscal Adrián Riveros, tomó intervención en el asunto. Espejo salió a la calle. Un patrullero lo esperaba, mientras un grupo de familiares lo escoltaba sin saber lo que había sucedido dentro de esa casa. El hermano filmó un video en donde lo interrogaba.

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