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Crimen en Santa Lucía: dictaron prisión preventiva domiciliaria para Pereyra y Salinas irá al Penal

José Luis Salinas es el más complicado de los imputados porque cuenta con varias pruebas en su contra.

16 de marzo de 2023
José Luis Salinas y Rubén Daría Pereyra, los principales sospechosos del crimen. Foto: DIARIO HUARPE.

Durante la tarde del jueves se realizó la audiencia de formalización del crimen de Eduardo Molina. En la misma, las defensas de ambos imputados se opusieron a la imputación solicitada por Fiscalía. Por ello, el juez de Garantías, Alberto Caballero, resolvió enviar preventivamente al Servicio Penitenciario Provincial por el plazo de 8 meses a José Luis Salinas (46), mientras se investigue el crimen que lo tiene como principal sospechoso del asesinato del jubilado de 85 años que fue encontrado este último lunes, en Santa Lucía. Mientras que Rubén Darío Pereyra, el otro detenido, cumplirá detención domiciliaria durante 60 días.

Según el argumento que esgrimió el magistrado, las pruebas que hay contra Pereyra son muy pocas, ya que presenció el pago de los $130.000 a Molina, cuando su patrón, el dueño del taller metalúrgico lo abonó el pasado viernes. Luego el día lunes, cuando trascendió la noticia del hallazgo del hombre asesinado en Santa Lucía, si bien no había asistido a trabajar porque se sentía mal, tuvo una buena predisposición cuando la Policía de San Juan allanó su domicilio.

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Por su parte, la fiscalía que estaba a cargo de Adrián Riveros, sostuvo que hay suficientes elementos de convicción de que Pereyra participó en el hecho como “campana”, mientras Salinas ingresó en el domicilio de Molina.  Por ello, el fiscal coordinador de la UFI Delitos Especiales los imputó como coautores del delito de homicidio doloso Criminis causa, que se castiga con perpetua.

Ambos imputados eran empleados del taller metalúrgico que funciona en el mismo predio donde está ubicada la casa que era de Eduardo Molina. Es decir, que el hombre asesinado alquilaba esa propiedad y los conocía porque trabajaban en el taller metalúrgico de Miguel Martínez.

De acuerdo a lo argumentado durante la audiencia de formalización, Salinas es el más complicado, debido a las numerosas pruebas que lo ubican en la principal escena del crimen. Para los investigadores, el presunto asesino lo mató a golpes el sábado a la siesta en la casa de la víctima, para robarle su auto Renault Megane, al menos $130.000, su teléfono, su tarjeta de débito y algunas herramientas.

Cabe destacar que el mismo lunes que el crimen salió a luz, Salinas fue detenido en la casa de una hermana en Mendoza, lugar donde nació, e intentó refugiarse cuando se supo que Molina había sido encontrado muerto. En su contra, pesan numerosas pruebas, como testigos, las imágenes de cámaras que lo muestran en el auto de la víctima, el secuestro de las cosas que robó y luego vendió (como el celular y la rueda de auxilio del auto de la víctima) o las huellas de sus zapatillas en el comedor donde fue hallado el jubilado sin vida, expresaron los ayudantes fiscales.

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Durante la audiencia de formalización, el único que decidió declarar fue Pereyra, quien dijo que trabajó los días miércoles, jueves y viernes. “Le pedí un adelanto de  sueldo a mi patrón y el lunes no me presenté a trabajar por un dolor de muela. Cuando me enteré la noticia, lo primero que hice fue enviarle una captura al hijo de mi patrón para preguntarle qué había pasado”, cerró.

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