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Día del Médico: Pablo Flores, un hombre que dedicó 40 años al servicio de la medicina

El médico repasó sus años de carrera, las largas guardias con compañeros que se volvieron amigos, la fe en Dios y el amor por su familia.

03 de diciembre de 2022
Pablo Flores trabajó durante cuatro décadas en la Urgencia del Rawson. Foto: Gastón Vargas / DIARIO HUARPE. 

"Me gustaría que me recuerden como una persona que ha sido útil; que cuando alguien me buscó, estuve", así es como Pablo Flores desea quedar en la memoria de quienes lo conocieron tras 40 años de trabajo como médico. Este sábado, Día del Médico, el profesional contó cómo fueron sus inicios, que le dejó su profesión, habló sobre su fe en Dios y el difícil equilibrio entre la profesión y la familia. 

Flores recibió al equipo periodístico de DIARIO HUARPE en sus oficinas del Colegio Médico. Distendido, el profesional habló de su vida dedicada a la medicina. Contó que de chico quería ser militar, piloto de aviones para ser más preciso, también se sentía atraído por la medicina y finalmente, se volcó por la profesión de sanar a los demás.

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Al rememorar su infancia, Flores rememoró que el médico de su familia fue el recordado Salvador Locascio, quien iba de manera periódica a su casa. Cada visita del doctor se vivía como si se tratara de una celebridad que llegaba.

Es que los hijos de la familia se bañaba y ponían sus mejores ropas, la casa debía estar reluciente y hasta la toalla del baño era impoluta. "La figura del médico tenía un aura especial y creo que esto fue lo que me inspiró", expresó Flores.

Hijo de un comerciante y una kiosquera, Flores hizo "muchos sacrificios" para poder estudiar medicina en Córdoba. Se las arreglaba como podía y ante la necesidad de subsistir llegó a vender parte de su colección de revistas de historietas. 

Carolina, la hija menor de Flores es psicóloga. Foto: redes sociales.

Durante sus estudios en Córdoba estuvo acompañado por Patricia Yossa, quien también viajó para estudiar. La pareja tuvo a su primer hijo que llevó el nombre de su papá. Recién recibido el flamante doctor, Flores volvió a su provincia junto a la familia que acababa de formar.  

El profesional contó que trabajó un año en el Centro de Adiestramiento Rawson, conocido como La Rotonda, luego entró a trabajar en Urgencias del Rawson, en donde compartió labor con el doctor Locascio, entre otros profesionales a los que nombró como sus "maestros". 

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Ante la pregunta de cómo cambió la medicina a lo largo de los años, Flores manifestó que en sus primeros años los médicos se guiaban por su tacto para hacer el primer diagnóstico. Es que no había tantos estudios por imágenes y el contacto entre el doctor y su paciente era fundamental e incluso le daba tranquilidad al enfermo, según recordó.

Flores aseguró que tiene los mejores recuerdos de las largas horas de guardia aún en fechas importantes como la Navidad o algún cumpleaños de un familiar. De las largas horas de guardias quedaron "los mejores recuerdos", especialmente en el comedor del hospital, en donde todos compartían opiniones de sus casos o contaban algo de la vida de sus familias. Un clásico de estos encuentros era el postre de queso y dulce. 

Después de su primer hijo, Pablo, llegó Carolina. Los años pasaron y los chicos fueron creciendo y sobrellevando las ausencias de su padre. Ahora ya son dos adultos, el mayor se hizo especialista en estudios por imágenes, la mujer se recibió de psicóloga. 

Flores y sus colegas en tiempos de pandemia. Foto: redes sociales.

"No lo hemos hablado nunca a este tema, pero yo sé que he perdido algunas horas que debimos compartir en familia, por eso les agradezco a ellos que me hayan acompañado y me hayan entendido. Seguramente el tiempo les va a enseñar a ellos que el que se dedica a la salud no puede disponer de su propio tiempo", reflexionó Flores. 

A lo largo de 40 años en los que llegó a ocupar cargos de responsabilidad, comandó campañas sanitarias en lugares inhóspitos y atendió a miles de personas, un hito en su carrera fue la pandemia. El médico reconoció que la gente los nombró como héroes, pero aseguró que los médicos no fueron héroes, sino que hicieron lo que debían, aunque enfrentando el miedo propio a lo desconocido. 

En octubre Flores se jubiló, pero sigue trabajando en su consultorio privado y participa de la conducción del Colegio Médico, desde donde defiende los derechos de sus colegas.

"Este sábado es un día muy importante para los colegas, no la estamos pasando bien en lo público, ni en lo privado, pero creo que este día tenemos que hacer un brindis porque estamos sirviendo al que nos necesita, no tenemos que olvidarnos nunca de que estamos al servicio de la población", cerró el médico. 

El festejo

El 3 de diciembre se conmemora el Día Nacional y Panamericano del Médico. La celebración fue propuesta en 1953 por la Confederación Panamericana de Dallas, Texas, como Día de la Medicina de las Américas.

Su origen tiene que ver con el descubrimiento de un médico cubano Carlos Juan Finlay Barrés, quien comenzó a investigar la propagación de la fiebre amarilla y descubrió al agente transmisor.

En su informe planteó, inicialmente, que la enfermedad se transmitía por la picadura del mosquito. Esto no fue aceptado en su momento, ya que se pensaba que el contagio se daba por contacto con objetos o ropa que tocaron los enfermos.

La importancia de su descubrimiento radica en que se trata de la primera infección humana en que se demostró la intervención causal de un virus y la transmisión de este por picadura de un mosquito, el Aedes Aegypti.

El Gobierno argentino, ante la propuesta panamericana, decidió establecer cada 3 de diciembre como el Día del Médico, una fecha en la que se reconoce la labor de los profesionales de la salud. 

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