El resurgir de Isca Yacú: volvió a casa y duplicó el número chicos en básquet

Desde que el histórico club de la Villa Del Carril recuperó su cancha a principios de este año, la escuelita de básquet de Isca Yacú duplicó la cantidad chicos que lo practican. Son niños de ambos sexos, que van de los 4 a los 18 años, y que a su vez tomó al deporte inclusivo también como medida formativa y que sienta sus bases en no solo formar basquetbolistas, sino personas con respeto, disciplina, trabajo en equipo y que comprendan que pertenecer a los “alacranes” es ser parte de una gran familia.

La escuelita funciona de lunes a viernes según las edades y hoy cuenta con 86 chicos que eligieron al básquet por encima de otras disciplinas. Quizá porque se ven reflejados en Pablo Manrique y Rocío Marín, que hicieron las inferiores en Isca y hoy juegan en la Primera tanto masculino como femenino.

Los martes y jueves son los días para que los más chiquitos, de las categorías mosquito y premini, de 4 a 10 años, abren las prácticas para luego continuar con la U12 y U13 mixto (de 11 a 13 años).

Mientras que los lunes, miércoles y viernes los más grandes se adueñan de la pista de Isca Yacú. Son las categorías U15 y U17 masculino, U15 y U17 Femenino y U19 masculino, quienes cada día están más cerca de convertirse en verdaderos “alacranes”.

No obstante, la filosofía del club de la calle General Paz (989 oeste) es otra. Lejos de la ambición y trascender fronteras con sus jugadores y nombres, tiene un objetivo para todos los chicos de la escuelita. La prioridad es la contención social, la enseñanza del deporte a través valores como la disciplina y el trabajo en equipo. Y sobre todo que los más chicos sientan que Isca es su casa y dentro del club hay una familia.

Hoy Isca Yacú vuelve a ser feliz con 86 niños en su escuelita, que para el club de básquet más antiguo de San Juan es altamente meritorio, ya que a lo largo de sus 90 años estuvo cerrado tres veces. La última fue el año pasado por un tema de habilitaciones. Volvieron a abrir el portón de ingreso hace un año por empuje y trabajo de sus jugadores, dirigentes y padres que se mentalizaron que los chicos de la escuelita debían seguir formándose como personas.

Cintia Flores, la presidente del club, destacó qué es club y qué pretende para los niños que están en la escuelita: “Isca no es solo un humilde club social y deportivo, Isca es todo. Para nosotros nuestro club es la vida, es nuestro tiempo, nuestro esfuerzo y es lo que tratamos de transmitirles a los pequeños”.

Para agregar que “después de tener todo un año el club cerrado, con tan pocos chicos porque no llegábamos a 40, y verlo hoy duplicar esa nómina para nosotros es la felicidad plena. Porque son chicos que van a tener una infancia conducida y guiada dentro de este deporte que es tan hermoso como el básquet. Porque un minuto en el deporte es un minuto menos en la calle, esa es nuestra prioridad y la función de Isca”.