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Salud y Bienestar > Mantenimiento

El error más común al usar la lavadora que provoca malos olores en la ropa

La humedad acumulada y la sobrecarga del tambor son las principales causas del mal olor en las prendas recién lavadas. Con simples hábitos y mantenimiento, se puede evitar este problema habitual.

POR REDACCIÓN

Hace 2 horas
Es importante revisar periódicamente que no haya objetos pequeños atrapados en la goma, ya que pueden dañarla y contribuir al mal olor. Foto: Gentileza

La lavadora es un electrodoméstico esencial en muchos hogares, pero a pesar de su uso cotidiano, es frecuente que la ropa lavada presente malos olores. Este inconveniente, lejos de deberse a fallas técnicas, suele originarse por prácticas incorrectas en el uso y mantenimiento del aparato.

Uno de los principales factores que genera estos olores desagradables es la humedad que queda retenida en el tambor al terminar el ciclo de lavado. Cuando el agua permanece estancada por horas, se convierte en un caldo de cultivo ideal para la proliferación de bacterias y moho, que luego se impregnan en la ropa.

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Para evitarlo, se recomienda dejar la puerta de la lavadora abierta tras cada uso, favoreciendo la ventilación y evitando la condensación. También es útil secar con un paño la goma de la puerta, zona donde suele acumularse agua y residuos que favorecen el mal olor.

Otro error frecuente es sobrecargar la máquina con más prendas de las que puede soportar. Esto dificulta que el agua y el detergente lleguen correctamente a todas las prendas, además de impedir un enjuague eficiente. Como consecuencia, la suciedad no se elimina por completo y aumenta la posibilidad de que la ropa tenga mal olor.

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Los fabricantes aconsejan respetar la capacidad máxima indicada en el manual, ya que una carga equilibrada no solo mejora la limpieza, sino que también ayuda a prolongar la vida útil del electrodoméstico al reducir el esfuerzo del motor.

El mantenimiento periódico de la lavadora es fundamental para evitar la acumulación de bacterias y moho. Se recomienda ejecutar un ciclo de lavado a la temperatura más alta sin ropa al menos una vez al mes, especialmente en hogares donde la lavadora se usa con frecuencia.

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El uso de productos caseros como vinagre blanco y bicarbonato de sodio resulta efectivo para desinfectar y neutralizar olores. También existen limpiadores específicos para lavadoras que garantizan una limpieza más profunda. Tras el ciclo de mantenimiento, es importante dejar la puerta abierta para permitir la ventilación interna.

La goma de la puerta es uno de los puntos más vulnerables al mal olor, ya que allí se acumulan residuos de detergente, pelusas y agua, creando un ambiente propicio para el moho. Por ello, se recomienda limpiarla manualmente con un paño húmedo y vinagre al menos una vez al mes.

Además, es importante revisar periódicamente que no haya objetos pequeños atrapados en la goma, ya que pueden dañarla y contribuir al mal olor.

En definitiva, mantener la puerta entreabierta después de cada lavado y realizar una limpieza regular del tambor y la goma son acciones simples que pueden marcar la diferencia para que la ropa salga limpia y sin olores desagradables.

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