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Cultura y Espectáculos > Literatura

Federico Araya: "la poesía es una manera demoledora de describir el mundo"

Uno de los poetas contemporáneos esenciales en el panorama de la literatura local presenta "Desarmadero".

16 de agosto de 2019

La poética de Federico Araya es cruda, en ella se cruzan la labor cotidiana y los paisajes urbanos mezclados con su Caucete natal. Es como caminar en la fina línea del western y el pulp. Leer a Araya es entender la rutina como la poesía del caos y de la secuencia.

Hoy, viernes 16 de agosto a las 20.00 hs en la Estación San Martín, la editorial “Elandamio” presenta “Desarmadero” una antología que recopila la reescritura del poeta.

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En esta edición se incluyen poemas inéditos pero el verdadero trabajo está la reescritura. Araya se somete al juicio propio, se reescribe, se vuelve  a nombrar, ejerce un oficio sobre las palabras para decirse mejor, decir lo justo y necesario, algo difícil.

ARAYA, UN BEAT EN CAUCETE

Sobre la importancia de la palabra poética y la importancia que tuvo en su vida, Fede dijo que: “Desde los 14 años leo y escribo, tuve esa suerte. La poesía estaba en la pared de mi pieza. Tenía un poster de Nirvana y un poema de Girondo, de El lado oscuro del corazón. Y mientras escuchaba The Final Cut, leía e intentaba traducir a Roger Waters. Es decir, convivía con la poesía.  Con el tiempo logré entender qué me pasaba cuando leía o escribía. Porque algo me pasaba, sin dudas. Entendí que la poesía era una manera demoledora de describir el mundo.”

”Aún creo en ello. Y me refiero a que en cada poema suceden dos hechos: la destrucción de una realidad y la construcción de un mundo nuevo, es decir la creación de una metáfora. No hay poesía, no hay arte, sin metáfora. Y la vida, si carece de metáforas, es un bodrio”, finalizó.

ELANDAMIO, EL AGUANTE HECHO PROYECTO

“Elandamio” es un proyecto editorial que tiene más de una década en la provincia, nació de la autogestión y fue un coletazo de las editoriales cartoneras que nacieron en el 2001. Su editor es Damián López, un apasionado, pero uno real, uno que le pone el cuerpo a una industria invisible como es la industria editorial.

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Cuando se le preguntó sobre porque eligió a Araya, respondió que: “Tiene una voz propia, un trabajo personal con el lenguaje, de alguna manera emparentado con la llamada "poesía de los 90" (que es la poesía de un puñado de autores porteños de esa época). También fue un participante activo del campo literario a principios del 2000 cuando todavía había espacios de discusión. Después, por un montón de razones, su obra terminó circulando muy erráticamente, y pasó a ser menos valorada de lo que debería.”

Federico Araya, Adrián Salas, Adrián Campillay y otros,forman parte de una "generación"que abordó  el espacio, el territorio, desde un lugar completamente distinto, heredero de la poética de Campus. También son poetas que se desarrollaron completamente al margen del ámbito académico, y eso también me interesa visibilizarlo”, agregó.

Finalmente sobre la producción cultural en la actualidad, dijo: “El tema de la producción cultural viene complicado desde el 2015. Yo no esperaba que de malo, el panorama pasara a peor. Los costos, por ahora, siguen siendo accesibles, pero si no hay consumo no tiene sentido tener buen precio en la imprenta. Y a la gente no se la puede culpar de que en este tiempo tenga que postergar la compra de libros.”

“Acá, por suerte, hay algunos programas que ayudan a crear estructura sin empeñar el hambre, pero vuelvo a lo mismo: si no hay lectores que tengan una situación económica favorable, no puede haber circulación de los libros”, cerró.

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