Grieta en Ribeiro: la mitad de los empleados intimó a la empresa, mientras que otros se resisten

Pasaron más de dos meses, pero la situación no cambió en lo más mínimo. La incertidumbre y la preocupación se apoderaron de los 31 empleados sanjuaninos que tiene la firma Ribeiro. La empresa decidió vender el tradicional local de calle Libertador y Tucumán con el fin de trasladarse a uno más chico para poder hacer frente a los pagos de salarios e impuestos, pero todavía no consiguieron negocio y los electrodomésticos salieron de la provincia con destino a San Luis y Mendoza.

Más allá de eso, dentro de la sucursal no tuvieron en cuenta el presagio de “la unión hace la fuerza” y en vez de juntos exigir una respuesta a los empresarios, imperó la grieta. Un sector de los trabajadores se cansó de esta situación y decidió accionar. Cinco de ellos se presentaron ante el Sindicato Empleados de Comercio (SEC) y enviaron carta documento para reclamar por los salarios adeudados. A eso le anexaron que si en las próximas semanas no se expedían con alguna solución se daban por despedidos. Este sector contó con el apoyo de otros doce trabajadores que hicieron lo mismo, pero con abogados particulares.  

Sin embargo, hubo otro importante número de empleados que decidió resistir los embates generados por la misma inestabilidad de la firma para aguardar –dentro del marco de la buena fe– lo que les adeudan (salarios familiares, aguinaldo, parte de sueldos desde enero a la fecha). Mirna Moral comentó a DIARIO HUARPE que este grupo está conformado principalmente por trabajadores con más antigüedad y que son mayores de 40 años. La sindicalista mencionó que deciden esperar en esa condición porque en este tiempo no consiguieron otro trabajo mejor.  

Actualmente el SEC logró que esos empleados reciban la suma de $2.500 semanales. Si bien es bajo debido a que según Moral deberían estar cobrando cerca de $60.000 mensuales, la dirigente sostuvo que el acuerdo fue ampliamente superador al obtenido en Mendoza. En aquella provincia los trabajadores de esta firma también tuvieron inconvenientes, pero decidieron embargar los bienes del local para cobrarse lo adeudado. Esto no ocurrió en San Juan porque cuando los empleados se decidieron ya el local había sido vendido.

Moral explicó que con la intimación se intenta que la empresa les pague lo adeudado a los empleados, pero “lo malo” es que Ribeiro ya no tiene una dirección física en la provincia. La titular del sindicato sostuvo que ahora lo tienen que mandar a un domicilio en Buenos Aires. “La carta documento significa romper la relación laborar con la empresa e irse a una instancia de juicio”, concluyó Moral.