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Gripe H3N2 (Gripe K): síntomas y cómo reconocerla
Tras la confirmación de los primeros casos en Argentina del subtipo H3N2 de la influenza A, conocido popularmente como “gripe K”, expertos sanitarios detallan los síntomas más frecuentes y cómo distinguirlos de un resfriado común para evitar complicaciones.
POR REDACCIÓN
La influenza A H3N2, denominada recientemente “gripe K”, es una variante del virus estacional de la gripe que ya circula en Argentina y genera preocupación por su capacidad de transmisión y cuadro clínico intenso, similar al de las gripes estacionales pero con síntomas más marcados.
Los síntomas principales que suelen presentarse
- Fiebre súbita, por encima de 38 °C, que aparece de forma abrupta.
- Tos persistente, generalmente seca y prolongada por varios días.
- Malestar general y fatiga intensa, con sensación de agotamiento severo.
- Dolores musculares (mialgias) y de cabeza acompañados de escalofríos.
- Dolor de garganta y congestión o secreción nasal.
Aunque estos síntomas pueden parecerse a los de un resfriado común, la diferencia está en su intensidad y duración: la gripe H3N2 suele impactar con un inicio más brusco y un cuadro más severo que puede afectar la rutina diaria durante varios días.
Además, la gripe H3N2 se transmite con facilidad de persona a persona a través de gotitas respiratorias al toser, estornudar o hablar, y la mejor forma de prevenirla sigue siendo la vacunación anual contra la gripe estacional, que ayuda a reducir tanto la incidencia de casos como las complicaciones graves.
Grupos de mayor riesgo
- Adultos mayores.
- Niños pequeños (menores de 5 años).
- Embarazadas.
- Personas con enfermedades crónicas como asma, diabetes o problemas cardíacos.
El diagnóstico suele confirmarse mediante **pruebas rápidas de antígenos o PCR, especialmente en centros de salud cuando los síntomas son compatibles con la gripe estacional y se sospecha infección por H3N2.
Si bien la mayoría de las personas se recupera en una semana aproximadamente, la gripe H3N2 puede provocar complicaciones (como neumonía o infecciones secundarias) en quienes presentan factores de riesgo, por lo que la consulta médica temprana es clave ante cualquier signo de alarma.
Recomendaciones básicas de prevención:
- Vacunarse anualmente contra la influenza.
- Lavado frecuente de manos y uso de barbijos en lugares cerrados.
- Evitar el contacto cercano con personas enfermas.