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Historias de aquellos que día a día libran una "guerra contra la inflación"

En los barrios vulnerables de San Juan la vida se hace difícil por los aumentos de precios. Sin embargo, la gente no baja los brazos y se la rebusca.

18 de marzo de 2022

El presidente Alberto Fernández anunció una "guerra contra la inflación" y desde el Gobierno se encararán diversas medidas para estabilizar los precios. Algunas de estas serían la ampliación de Precios Cuidados, fideicomisos tanto para sostener el precio interno de la harina como para productos frescos, más controles en los comercios de cercanía, entre otros. Sin embargo, en los barrios de la provincia la gente viene batallado contra el aumento de precios desde hace años.

Buscar precios y delinear estrategias para sostener la alimentación familiar es lo que sucede en los comedores y merenderos, donde los referentes vecinales ponen todo su esfuerzo para mantener esos espacios de contención.

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DIARIO HUARPE dialogó con referentes de estos espacios como son Laura Vera, de Amas de Casa del País; Angélica Molina, del merendero del barrio Wilkinson en Rivadavia; y Darío Burgoa, referente vecinal de Valle Fértil. Ellos contaron cómo es la vida de la gente en este escenario de crisis económica y social. 

El emprendedurismo como salida 

Darío Burgoa es un ciudadano de Valle Fértil que junto a vecinos y amigos abrieron un merendero en la localidad de Astica durante la pandemia. Esto surgió por el complicado escenario económico que hubo en ese momento. “El merendero fue bancado con familias de Astica, tres veces por semana y de ahí hemos hecho un montón de actividades”, dijo. El lugar era importante, ya que decenas de chicos iban para recibir su comidan vespertina y de esa manera las familias aliviaban un poco su economía.

Actualmente, Diego vive en San Agustín y continúa ayudando a la gente. Él contó que se vive un contexto difícil por los constantes aumentos en los alimentos y servicios públicos. “La gente se la rebusca para pagar los servicios y se dedica a vender semitas, pastelitos o se vuelca al comercio con productos locales”, expresó.

Por otra parte, Burgoa ayuda a la gente a realizar trámites del Anses de manera gratuita como Fe de Vida o Progresar y aseguró que muchos vecinos piden préstamos para financiar las boletas de luz, gas o agua. Incluso, asegura que aproximadamente 15 personas por día le piden hacer los trámites para pedir dinero al organismo.

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También, hay personas que solicitan préstamos con la idea de comenzar a fortalecer emprendimientos productivos, de acuerdo a las declaraciones de Burgoa.

“El dinero de los salarios cubre 20 días y los otros días se la rebuscan. La gente le está dando batalla, pero no salimos del círculo de seguir endeudándonos”, manifestó.

Para resumir lo que se vive día a día, Diego expresó: “Hoy un bolsón es una caricia a la vida, hoy es una necesidad, mientras que antes la comunidad no le daba importancia”.

“En marzo hemos tenido que reducir la cantidad de días porque la plata es la misma que recibíamos en diciembre"

La Asociación Amas de Casa del País cuenta con 17 comedores distribuidos en los departamentos de la provincia. Hay en Chimbas, Jáchal, Rivadavia, Ullum, Pocito, entre otros. “En marzo hemos tenido que reducir la cantidad de días porque la plata es la misma que recibíamos en diciembre para hacer comida”, dijo Laura Vera, referente de la organización.

Antes les alcanzaba para preparar dos o tres comidas a la semana y ahora solamente pueden garantizar la entrega de un plato por semana, de acuerdo a Vera.

“Vemos cómo podemos hacer para que la comida tenga suficiente proteína y preparar una dieta balanceada para los niños”, aseguró.

En este sentido, la líder de la entidad expresó que reciben ayuda del Gobierno provincial para mantener los merenderos, pero los comedores se autosostienen.

Respecto a los programas nacionales y provinciales de precios como los Precios Cuidados y Elegí bien, Compra Mejor, Vera dice que las integrantes de la organización sí los aprovechan, pero en los gastos de la institución no influye.

Pese a la pandemia, Angélica continuó en la lucha

Angélica Molina es la encargada del merendero Cuchach Toco ubicado en el barrio Wilkinson, que funciona hace cinco años y alimenta a 30 chicos, pero la situación del lugar cambió drásticamente tras la pandemia.

Es que antes de la llegada del Covid-19 podían entregar merienda todos los días de la semana y actualmente solo pueden hacerlo tres veces por semana, según Molina. Los chicos van hasta el lugar y se llevan una taza de chocolate, arroz con leche o yogurt casero junto a facturas o bizcochuelos. Muchos niños que asisten se encuentran en condiciones de vulnerabilidad y esa comida es importante para su rutina diaria.

“Nosotros ahora tenemos una ayuda del municipio y recaudamos plata a través de las ventas de una feria americana. Lo que se saca ahí nos es mucho, pero subsistimos con poco”, declaró la vecina. 

“Todo está más caro y cuesta conseguir las cosas”, continuó.

La economía nacional obliga a los sectores de escasos recursos a ingeniárselas para salir adelante. Mientras los funcionarios piensan nuevas políticas, la sociedad vive su día a día con creatividad, esfuerzo y esperanza.

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