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Trabajadoras sexuales de San Juan: "Queremos que nuestra actividad sea reconocida"
En Mar del Plata designaron una zona para que trabajen de forma regulada. Pero en la provincia tienen otra agenda de pedidos.
Por Nadia Correa
El pasado miércoles, desde el Consejo Deliberante de Mar del Plata, dieron a conocer una ordenanza para establecer una "zona roja" que le permita a las trabajadoras sexuales ejercer la actividad de manera regulada. Desde San Juan, la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR) rechazaron fuertemente la posibilidad de una reglamentación similar, por no considerarla una prioridad en su lucha. A cambio, piden ser escuchadas y poder gozar de derechos laborales como un trabajador más.
"Para nosotras esa no es la manera de reglamentar algo. Las mismas trabajadoras deberían poder decidir donde ejercer", comenzó diciendo Mónica Lencina, referente de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (AMMAR) a DIARIO HUARPE. Para la mujer, las decisiones que a lo largo del tiempo se han tomado en "beneficio" del colectivo no fueron pensando realmente en cada una de ellas, por el contrario, sienten que son medidas represoras. "Las compañeras están cansadas de la violencia institucional. Cada una elige dónde pararse, dónde le conviene, porque es algo que solo ellas conocen y eso debería continuar igual".
"Esta es una avanzada de feministas que no tienen ni idea de lo que es el trabajo sexual y creen que esta forma es la mejor manera de darnos una solución, te aseguro que será un total fracaso" .
En el caso particular de San Juan, la actividad ya cuenta con algunos espacios en la vía pública para ejercer la actividad, aunque de forma extra oficial. Todos ellos son estratégicamente elegidos por la rentabilidad y la seguridad que les brinda el área. "Las chicas ya tienen sus lugares establecidos. La mayoría de ellos son esquinas donde contamos con cámaras del CISEM, es una manera de sentirnos seguras y protegidas. En caso de suceder alguna situación de violencia, podemos contar con ese registro", dijo Lencina. Por lo que pensar en que se determine un espacio por personas fuera de la actividad, no sería una opción para ellas.
Entre uno de los reclamos más comunes, se encuentra la molestia de los vecinos que conviven con el ejercicio de la actividad en la puerta de sus domicilios. "Entendemos el enojo, pero es la única opción que nos dejaron. Los que están a cargo, deberían buscar alternativas para que trabajemos puertas adentro si tanto les molesta" dijo Mónica, quien considera que la vuelta de las whiskerías sería la mejor forma para trabajar tranquilas y seguras.
De manera contraria, lo que por parte del colectivo de trabajadoras sexuales consideran más urgente de tratar, es un proyecto de ley para que se reglamente la actividad con los derechos laborales que les corresponde. "Prontamente, haremos la presentación del proyecto de ley para que se reconozcan los derechos de cada una de nosotras. Esperamos que esta vez podamos ser escuchadas. Hemos trabajado y nos asesoramos con abogados penalistas y civiles, para presentar algo a la altura", explicó la referente.