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El drama de vivir en la Villa Obrera: bandas armadas, droga y ausencia policial
El asesinato a sangre fría del “Chupa” Rodríguez en la Villa Obrera, dejó al descubierto una problemática que viven los vecinos desde hace años: la inseguridad. Temen por una guerra armada entre las bandas a las que pertenecían el asesino y la víctima.
POR REDACCIÓN
Luego de que el pasado lunes se produjera un violento homicidio en el interior de la Villa Obrera, Chimbas, donde Alan “Chupa” Rodríguez fue asesinado a balazos en una vereda por otro habitante de la barriada identificado como David "Vieco" Galván, DIARIO HUARPE llegó hasta el lugar para analizar la cotidianidad barrial. El testimonio de los vecinos es unánime y contundente; viven inseguros y tienen miedo ¿El motivo? Dos bandas de delincuentes armados, venta de drogas a plena luz del día y una clara ausencia por parte de la Policía de San Juan.
La sensación de temor es generalizada y se puede percibir desde que se ingresa a la villa. Los vecinos lo saben y es solo cuestión de tiempo para que en esta populosa barriada se desate una verdadera guerra entre las bandas a las que pertenecían los involucrados en el asesinato. Todos los consultados por este diario coincidieron en las problemáticas que enfrenta este lugar, pero decidieron permanecer en el anonimato por miedo a represalias por parte de los delincuentes e, incluso, de la propia policía.
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Según explicaron, hay dos bandas que controlan la villa. El asesino pertenece a “La Esquina del Humo”, mientras que la víctima integraba “La Banda del Pirata”. De lo que no tienen dudas los vecinos es que en cuanto la Policía retire la custodia a la familia del asesino, los allegados al muerto irán a buscar venganza y se desatará una guerra armada en la villa. Vale aclarar que los delincuentes que integran esta suerte de pandillas, son jóvenes y promedian los 20 años de edad.
"Le roban a la misma gente de la villa a cara descubierta. Asaltos, escruches y robos de viviendas con los propietarios dentro. Lo peor es que la Policía nunca los atrapa, siendo que hasta las mismas víctimas saben dónde viven los ladrones. Llamas para denunciar un hecho y nunca viene el patrullero”, sentenció un vecino.
"Nos sentimos inseguros y con miedo. Acá hay gente que no mide las consecuencias y que se tirotea delante de los niños. Cuando ocurrió el asesinato, había niños jugando en esa misma vereda”, manifestó otra vecina.
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Asimismo, todos los vecinos consultados coincidieron en que el gran flagelo de la villa es la droga. “Hay más kioscos de droga que almacenes”, denunciaron. En esa misma línea agregaron que los “narcos” o “transas” gozan de impunidad gracias al nulo accionar por parte de las fuerzas de seguridad. “Si todos los vecinos sabemos dónde venden, ¿cómo los policías no van a saber? La motorizada solo para a los que vienen de comprar droga, se las quita y se la quedan para ellos. Pero a la casa de los transas no van nunca, solo pillan a los perejiles”, dijeron de manera textual.
Por otra parte, advirtieron que la mayor actividad delictiva se presenta en horarios nocturnos y argumentaron que en la noche la villa es oscura y no hay cámaras de seguridad del Cisem; “Cuando oscurece se vuelve imposible salir a la calle sin que a uno lo roben”. A la vez, piden por un puesto policial dentro del complejo habitacional y mayor presencia de patrulleros en la zona.