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Casi el 60% de los autos vendidos en Argentina son europeos
El mercado automotor argentino, dominado por marcas europeas y japonesas, enfrenta un posible giro con la llegada masiva de vehículos chinos, especialmente en segmentos como SUV y pick-ups.
POR REDACCIÓN
Desde mediados del siglo XX, el parque automotor argentino ha experimentado importantes transformaciones en cuanto a la procedencia de sus vehículos. Hasta finales de los años 50 y principios de los 60, los autos de origen estadounidense predominaban, pero a partir de la década del 70, la influencia europea comenzó a imponerse gracias a vehículos más económicos y de menor tamaño. Este cambio se consolidó en los años 80 con la llegada de los primeros modelos japoneses.
Este proceso marcó un giro definitivo en las preferencias de los consumidores argentinos, que hoy enfrentan un nuevo escenario con la introducción de numerosas marcas chinas. Sin embargo, esta vez, el comportamiento del comprador local podría diferir, especialmente en el segmento de las camionetas.
Un ejemplo emblemático de esta evolución es Industrias Kaiser Argentina (IKA), que pasó de fabricar autos norteamericanos como los Rambler al Torino —un vehículo americano con diseño italiano— para luego adoptar modelos europeos con la adquisición total de Renault, que impulsó la producción de autos medianos como el Renault 12, R11, R9 y R18.
De manera similar, Ford reemplazó sus clásicos Falcon y Fairlane por los modelos Taunus y Sierra, y sus pick-ups F100 dieron paso a las medianas Ranger. La apertura de importaciones en los 80 trajo masivamente autos japoneses de marcas como Toyota, Honda, Nissan y Mitsubishi, que ofrecían vehículos compactos y medianos, transformando el parque automotor argentino hacia modelos más chicos y eficientes.
Actualmente, según datos del Sistema de Información Online del Mercado Automotor de Argentina (Siomaa), en los primeros seis meses del año se vendieron 309.132 unidades 0km de marcas internacionales, incluyendo autos particulares y vehículos utilitarios livianos. De ese total, 177.040 vehículos corresponden a marcas europeas, representando un 57% de las ventas, seguidas por marcas japonesas con 21% y norteamericanas con un 20%.
Por su parte, las marcas chinas aún no desplazan a las coreanas, aunque la diferencia es mínima: Kia y Hyundai registraron 3.790 unidades, mientras que 17 marcas chinas sumaron 3.783 vehículos, ambas con un 1% del total de autos patentados este año.
La llegada de autos importados bajo un cupo con exención impositiva del 35% potenciará el crecimiento de las marcas chinas en 2025. De las 50.000 unidades adjudicadas en dos licitaciones, no hay autos coreanos, y la mayoría son de origen europeo y norteamericano.
Se espera que ingresen a Argentina 5.705 vehículos de dos marcas norteamericanas (General Motors y Ford), 5.863 unidades de marcas europeas (Renault, Fiat, Alfa Romeo, Mini y BMW) y 480 autos de la marca japonesa Suzuki. El cupo se distribuirá con 37.952 autos chinos y 12.048 de otras procedencias. Sumando los actuales, China alcanzará un volumen proyectado del 13% del mercado, superando a Corea y posicionándose en el cuarto lugar.
Según el director comercial de una terminal automotriz argentina, los chinos serán difíciles de vencer en segmentos como los SUV, aunque la industria local mantiene fortaleza en la producción de pick-ups, un nicho donde los consumidores valoran la experiencia y confianza en las marcas. Las camionetas chinas ganarán presencia, pero su competencia en desempeño off-road será limitada. La exportación de pick-ups chinas tardará más en consolidarse.
Esta percepción es compartida por los presidentes de Toyota y Ford en Argentina. Gustavo Salinas, CEO de Toyota, afirmó que perderán algunos clientes que busquen precio con la pick-up china, pero que muchos valoran la confianza y la trayectoria, por lo que sus planes no se ven afectados por la competencia china. Martín Galdeano, de Ford, destacó que “si nos cuesta ser competitivos para exportar pick-ups, sería casi imposible serlo si vendiéramos autos o SUV. Ahí los chinos no tienen competencia”.
Más allá del país de origen, las alianzas globales entre compañías automotrices generan vehículos con producción dispersa. Muchos usuarios no saben que ciertos modelos considerados japoneses o europeos se fabrican en China. Por ejemplo, la Ford Territory es un SUV producido en China, al igual que el Chevrolet Spark EUV, el Renault Kwid E-tech y el Volvo EX30. Incluso, la Honda CR-V se fabrica en Estados Unidos y la Ford Transit en Europa.
A nivel local, la pick-up Renault Alaskan es una adaptación de la Nissan Frontier, mostrando cómo un vehículo de origen japonés se comercializa bajo una marca europea. Jeep, originalmente norteamericana, forma parte de Stellantis y muchos de sus modelos incorporan motores europeos.