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Política > Política habitacional

Casa propia: el financiamiento que ofrece el IPV es el más barato

No cobra interés y actualiza las cuotas si aumentan los sueldos. El Procrear y los bancos si aplican una tasa adicional y el ajuste mensual del monto a pagar se hace por inflación.

28 de junio de 2019

Aun con los cambios en la forma de pago y la inestable situación económica del país, la financiación del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) sigue siendo la más conveniente para construir un techo propio. El organismo local no aplica tasas de interés para la devolución del dinero que presta y actualiza las cuotas siempre y cuando suban los sueldos, mientras que el Procrear fija un interés del 7,5% y ajusta los pagos mensuales por la inflación. La diferencia es más notoria si la comparación se hace con los créditos hipotecarios del mercado bancario.

El IPV es el organismo que se encarga de canalizar la política habitacional del Gobierno provincial, para atender el déficit de familias que no pueden contar una casa por sí solas. La misma función cumple a nivel nacional el Procrear, un programa creado bajo la administración de Cristina Fernández de Kirchner y mantenido en la de Mauricio Macri.

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Los dos ofrecen crédito más barato que el mercado financiero. De hecho, son las herramientas más usada en San Juan para tener una vivienda. Pero entre ellos hay diferencias en los requisitos y las condiciones de repago y eso queda en evidencia con un ejemplo concreto.

Para conceder un crédito de 2.000.000 de pesos a 30 años de la operatoria individual para construir, el IPV requiere un ingreso familiar de 27.777 netos (de bolsillo). Y la devolución es la siguiente: no tiene interés, la cuota inicial es de 5.550 y las siguientes se van actualizando mensualmente por el coeficiente de variación salarial.

Para la compra de una casa de 2.000.000 de pesos, el Procrear le exige al tomador un ingreso neto mensual de 70.000 y que ponga de su bolsillo 200.000, el Estado subsidia 400.000 y se financia el resto, es decir 1.400.000. En el mismo plazo de devolución, la tasa de interés asciende a 7,5% anual, la primera cuota es de 9.789 y el monto mensual a pagar se va ajustando por el índice UVA, que equivale a la inflación.

En el ejemplo utilizado, el monto que se termina financiando difiere en 600.000 pesos: 2.000.000 el IPV y 1.400.000 el Procrear. Así todo, en el mismo plazo, los beneficiarios del primero terminan pagando bastante menos.

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Aunque el Procrear presta más volumen de dinero e incluye un subsidio estatal, el IPV es más barato por sus condiciones de repago. Primero, porque no cobra interés. Segundo, porque el coeficiente de variación salarial aumenta menos que la inflación (en 2018 estuvo casi 20 puntos por debajo de la escalada de precios) y eso hace que el incremento de las cuotas sea menor.

Si se toma el mismo ejemplo para el Banco Nación, el financiamiento es más caro todavía. Por un préstamo de 2.000.000 de pesos a cobrar en 30 años, pide ingresos por 108.000 por mes. En el recupero aplica 12,3% de interés, la primera cuota es de 21.680 y el ajuste mensual lo hace por UVA.

Como sucede todos los años, en 2019 han ingresado cientos de solicitudes al IPV para acceder a la operatoria individual. Entre enero y mayo, la gestión de Sergio Uñac ha concedido 101 préstamos de ese tipo y lleva desembolsados (se hacen en forma parcial, a medida que va avanzando la construcción de la vivienda) cerca de 80 millones de pesos.

 

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