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Cerraron un contenedor en Rawson, pero la inseguridad empeoró

Los habitantes del barrio Suoes agradecieron el cierre del contenedor, pero remarcaron que los hechos delictivos empeoraron por venganza de los delincuentes.

Por Federico Mir Muñoz
27 de abril de 2025

El cierre del contenedor ocurrió alrededor de dos semanas atrás. Foto: archivo.

A pesar de los esfuerzos iniciales de la Municipalidad de Rawson para frenar la ola de robos y ataques que afectan al barrio Suoes, la inseguridad no solo persiste, sino que se intensificó. Los vecinos, que reclamaron la clausura del contenedor usado como centro de operaciones delictivas, hoy sienten que viven en un estado de abandono y desesperanza.

El contenedor, ubicado aproximadamente en calle José María Paz y Tomás Espora, fue señalado por los residentes como epicentro de juntadas para organizar robos, actos de violencia y descontrol. Tras múltiples denuncias y reclamos, las autoridades municipales actuaron y procedieron a su clausura. Sin embargo, lejos de mejorar, la situación empeoró. Los mismos delincuentes que utilizaban el contenedor como base, ahora rondan el barrio sin control, incrementando su actividad delictiva y sembrando aún más temor entre las familias.

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"Desde que entregaron el barrio, en noviembre de 2024, esto no para. Nos entraron a las casas, nos robaron inodoros, surtidores, ventanas. Uno se siente indefenso", relató hace unas semanas un vecino a DIARIO HUARPE, pidiendo resguardar su identidad por miedo a represalias. La sensación generalizada en el barrio, ubicado en Meglioli entre Superiora y Calle 5, es que la clausura del contenedor no atacó el problema de fondo: la presencia de grupos delictivos.

Los testimonios de los habitantes del Suoes coinciden en que los delincuentes, lejos de disolverse tras el operativo municipal, simplemente trasladaron su accionar a las inmediaciones del barrio. "Ahora andan por todos lados caminando, vigilando, mirando quién sale, quién entra. A cualquier hora, de día o de noche", denunció, visiblemente angustiada por la situación.

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Los métodos delictivos también se han vuelto cada vez más sofisticados. "Se pasean con bolsas blancas, simulando juntar cartones o basura, pero en realidad están estudiando qué casa está más vulnerable", detalló un residente. La metodología ya es conocida en el barrio: observan, seleccionan su objetivo y actúan en cuestión de minutos.

Frente a esta situación, los vecinos no saben a quién recurrir. La respuesta policial fue, según denuncian, insuficiente. "Llamás al 911, vienen, pero a lo sumo les llaman la atención o recuperan algo robado. Al otro día están de vuelta, como si nada", lamentó un vecino. Las intimidaciones y amenazas contra quienes se atreven a denunciar o defenderse son moneda corriente.

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La preocupación por la seguridad de los niños es uno de los temas más sensibles. "No podemos dejar que nuestros hijos salgan a jugar. Todo el tiempo estamos alerta, con miedo a que algo les pase", expresaron los padres del barrio. La calidad de vida se deteriora día a día, mientras la angustia crece.

En este contexto de desprotección, los vecinos buscan ser escuchados por el intendente de Rawson, Carlos Munisaga, o por algún funcionario que pueda ofrecer una solución concreta. Ya intentaron reuniones y presentaciones formales, pero hasta el momento no recibieron respuestas que alivien su situación.

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