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Comunidad > En el Sur de San Juan

Creciente deja sin agua a Divisadero y Guanacache

Tras la tormenta de este miércoles en el Suroeste de Sarmiento, una creciente arrasó las tomas del Río del Agua y dejó sin agua para beber y regar a dos localidades rurales históricamente postergadas.

Hace 5 horas
Vecino de Divisadero intenta desesperadamente abrir una compuerta para evitar que la greda llegue a la planta potabilizadora. 

En la tarde del miércoles una tormenta se presentó en el Suroeste de la provincia y minutos después, una creciente bajó por el río del Agua, dejando una vez más en evidencia la precariedad de las obras hídrica existentes en las localidades de Divisadero y Guanacache. Según cuentan los vecinos la creciente destruyó las ya deterioradas tomas de agua que abastecen a ambos pueblos, dejándolos sin agua para beber ni para regar los cultivos.

El episodio ocurre en la misma semana en la que DIARIO HUARPE informó que ambas comunidades presentaron una denuncia ante la Defensora del Pueblo, Florencia Peñaloza, solicitando una investigación urgente sobre la legalidad de los diques, tomas y represas construidas aguas arriba por empresas agroexportadoras, y por la falta de obras hídricas prometidas hace décadas.

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La creciente bajó con vehemencia .

“La infraestructura está deteriorada o es inexistente”

En diálogo con DIARIO HUARPE, Raúl Calderón —celador de Guanacache elegido por su comunidad— describió la magnitud del impacto que dejó la tormenta:
“Como ya lo veníamos diciendo, la infraestructura hídrica está deteriorada o directamente es inexistente. Con la creciente, en los dos poblados las precarias tomas de agua, las canaletas y acequias, desaparecieron. Hoy, nosotros estamos sin agua para regar los cultivos”.

Marina Atencio, celadora de Divisadero, ratificó el diagnóstico. Contó que desde ayer su pueblo no tiene agua para beber ni para cubrir necesidades básicas.
“La toma que abastece a la planta potabilizadora se rompió. Esto muestra por qué hicimos la denuncia en la Defensoría. No podemos seguir viviendo así, olvidados por los organismos del Estado”.

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Tras el paso de la creciente, los sistemas de toma y distribución de agua quedaron, en algunos tramos, destruidos, y en otros, anegados por la greda arrastrada por el río, lo que impide cualquier operación inmediata y agrava la emergencia.

Sin respuestas y con caminos anegados

Las comunidades aseguran haber pedido asistencia al municipio y a Hidráulica, pero hasta el momento no recibieron respuestas concretas. Calderón expresó que, frente a la falta de acción estatal, algunos vecinos ya proponen realizar las reparaciones por cuenta propia: “Algunos dicen de hacerlo con pala y pico. Y lamentablemente, una vez más, parece que lo vamos a tener que hacer”.

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A esto se suma que los cauces desbordados dejaron caminos internos anegados entre Divisadero y Guanacache, complicando las actividades rurales y el traslado de personas mayores, niños y trabajadores.

Uno de los caminos internos que los pobladores usan quedó anegado y roto.

La sensación de olvido se hizo evidente en cada testimonio. “Es como que para los funcionarios municipales y provinciales nosotros no existimos, y es indigno sentirse así”, lamentó Marina.

“Hay niños y adultos mayores sin agua”: la voz legal de la comunidad

El abogado de la comunidad de Guanacache, Martín Alejandro Mut Paton, fue contundente al evaluar la situación: “Desconcierta y sorprende la indolencia de los funcionarios del Gobierno de San Juan y del Municipio. No se entiende cómo se pueden postergar obras tan esenciales que benefician a seres humanos. Hoy hay niños y adultos mayores sin agua para tomar. ¿Se dan cuenta de eso?”.

En Guanacache viven alrededor de 250 personas y en Divisadero más de 400. Ambas comunidades dependen casi por completo del Río del Agua para consumo humano, riego y sostén de sus actividades productivas.

En el tramo que se conoce como "El badén", los vehículos tuvieron que esperar para pasar, hasta que la creciente bajo su caudal.

La denuncia que busca romper años de abandono

En este escenario, la denuncia presentada ante la Defensoría del Pueblo toma una dimensión crucial. Las comunidades reclaman que se investigue la legalidad de las represas y tomas privadas construidas por empresas agroexportadoras aguas arriba, estructuras que —según denuncian— desvían y reducen drásticamente el caudal del río, imposibilitando que las comunidades aguas abajo no cuenten con el elemento escencial para la vida. También exigen que se ejecuten las obras de infraestructura prometidas desde hace décadas y que permitirían garantizar un abastecimiento seguro.

Ahora, más que nunca, los habitantes del Sur sanjuanino esperan que su voz sea escuchada y que el Estado finalmente respete sus derechos, su territorio y la historia de un pueblo preexistente a la colonia.

La creciente que arrasó con las tomas no solo dejó a dos comunidades sin agua: volvió a exponer el abandono estructural que padecen hace generaciones.

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