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Dos batallas contra el cáncer y una historia de resiliencia
En el Día Mundial de la lucha contra el cáncer, el testimonio de Alejandra Araya inspira a quienes atraviesan esta enfermedad.
Por Yanina Paez
Alejandra Araya, una sanjuanina de 37 años, conoce el significado de la palabra lucha. No una, si no dos veces tuvo que enfrentarse cara a cara con el cáncer, una enfermedad que no solo puso a prueba su cuerpo, sino también su fortaleza emocional. Su historia es un testimonio de resiliencia, fe y amor por la vida.
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A los 20 años, mientras realizaba estudios médicos de rutina por su labor en las fuerzas de seguridad, los doctores detectaron algo inusual. "Estaba haciendo una prueba física de atletismo y cuando me examinan me dicen que tengo dos pelotas en el cuello, muy grandes, y yo nunca había sentido nada", recordó Alejandra. A partir de ese momento, su vida cambió drásticamente.
Fue derivada a un médico clínico y luego a un endocrinólogo. "No entendía lo que me estaban diciendo. Me hicieron una punción en octubre y después de varios estudios, el resultado fue positivo: tenía cáncer de tiroides", cuenta. La operación se programó para febrero, pero en ese lapso de tiempo la enfermedad avanzó haciendo metástasis en los ganglios del pecho.
"Era muy joven y todo eso lo pude atravesar bien, pero fue muy duro asumirlo. Nombrar la palabra cáncer era aterrador", confesó en diálogo con DIARIO HUARPE.
El impacto en su familia fue enorme, especialmente porque su hermano también había sido diagnosticado con cáncer poco tiempo antes. "No sabía cómo decirles que yo también estaba enferma. Mi hermano ya había pasado por siete operaciones" indicó.
Luego de superar la primera batalla, dos años después, la enfermedad regresó, esta vez atacando la base de su útero. "Yo estaba en pareja, teníamos ganas de tener un bebé y me empecé a hacer los controles. Fue entonces cuando me enteré de que el cáncer había vuelto", relató. Esta vez, el tratamiento fue más agresivo y los médicos decidieron practicarle una histerectomía. "Por suerte, no tomó nada más, pero fue devastador pensar que ya no podría ser madre" recordó con tristeza.
En medio de su proceso de recuperación, su relación de pareja terminó. "Pensé que me quedaría sola toda la vida", admitió. Sin embargo, el destino tenía otros planes. "Apareció mi esposo, que había quedado viudo con dos niños de 3 y 7 años. Todo fue obra de Dios".
"Me di cuenta de que las personas que realmente te aman van a formar una familia con vos sin importar las circunstancias. Mi vida es un regalo, siempre le doy gracias a Dios. Fueron los dos momentos más difíciles de mi vida, pero también los que me enseñaron el verdadero valor", relató Alejandra ahora que mira hacia atrás y ve su historia con otra perspectiva.
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Este 4 de febrero, en el Día Mundial de la lucha contra el cáncer, la historia de Alejandra Araya es un recordatorio de la importancia de la detección temprana, el apoyo familiar y la fe inquebrantable.