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El Gobierno nacional cerró la exfábrica Ciccone, donde se imprimían los billetes
El Gobierno nacional anunció el cierre definitivo de la exfábrica Ciccone, perteneciente a la Casa de la Moneda, donde actualmente se fabricaban los billetes.
POR REDACCIÓN
El Gobierno de la Nación anunció el cierre definitivo de la planta impresora de billetes ubicada en Don Torcuato, anteriormente propiedad de la familia Ciccone, que había sido expropiada en 2012 tras el escándalo de corrupción que involucró al entonces vicepresidente Amado Boudou. La decisión implicó que el Estado dejara de fabricar billetes, lo que generó un ahorro anual estimado en 5.040 millones de pesos.
El Ministerio de Economía informó que la Agencia de Administración de Bienes del Estado sería la encargada de la subasta y venta de la planta. En total, 270 empleados fueron dispensados hasta que se definieran nuevas políticas respecto a su situación laboral.
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Luis Caputo, ministro de Economía, comunicó a través de su cuenta en X (Twitter) que se había puesto en marcha el operativo para retirar la maquinaria, cerrar las oficinas y notificar a los trabajadores afectados. En ese momento, el ministro se encontraba en Río de Janeiro, participando de la cumbre del G-20.
A fines de octubre, el Banco Central de la República Argentina había decidido interrumpir los contratos vigentes con la Casa de la Moneda relacionados con la impresión de billetes de $1.000 y $2.000, debido a los atrasos en los plazos y a la escasa utilidad de esos billetes. Se resolvió que los billetes serían comprados a proveedores internacionales, como ya ocurrió con los billetes de $10.000 y $20.000, que fueron encargados a China sin la intervención de la Casa de la Moneda.
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El vocero presidencial, Manuel Adorni, destacó que el cierre de la planta ex Ciccone eliminaba un emblema de la corrupción kirchnerista y subrayó que ya no era necesario que la empresa continuara en manos del Estado. Según Caputo, la producción de billetes por parte de la Casa de la Moneda había dejado de ser rentable, ya que resultaba más económico comprar los billetes a proveedores internacionales.
Actualmente, la planta ex Ciccone servía principalmente como depósito de billetes deteriorados. En este sentido, el BCRA había decidido, el 7 de noviembre, eliminar la obligación de los bancos de perforar los billetes deteriorados de $500 o menos antes de entregarlos para su destrucción. Esta medida permitió agilizar el proceso y reducir los costos asociados. Con el cierre de la planta, la destrucción de billetes deteriorados se aceleró y las actividades restantes se trasladaron al edificio de Retiro o se cancelaron. La maquinaria destinada a la producción de chapa patente y pasaportes fue trasladada a otros establecimientos del Estado.