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La desesperación de sanjuaninos por ver otra vez sus casas pasadas por agua
Por Facundo Merenda
Las lluvias afectaron nuevamente distintos departamento de San Juan. Los damnificados coincidieron que la caída de tanta cantidad de agua en un corto periodo de tiempo perjudicó sus viviendas. Tuvieron filtraciones y, si bien no hubo evacuados por el temporal, muchos decidieron enviar a los pequeños de las familias a distintas casas para preservarlos de cualquier contingencia.
DIARIO HUARPE recorrió varias zonas. Si bien la lluvia se esparció por toda la provincia, el este sanjuanino fue el más dañado. Vecinos de 9 de Julio y de la localidad santaluceña de Alto de Sierra precisaron a este medio que el agua, producto de las tormentas, le carcomió las paredes de barro y algunos techos cedieron porque están construidos a base de palos, cañas y nylon.
“No podemos vivir más así”, comentó Dayana Bravo. La mujer vive en el Asentamiento Pedro Echague, departamento Santa Lucía. Ella, como otros sanjuaninos que están en ese sector, vio otra vez su casa venirse abajo. Sin embargo, en esta oportunidad fue peor porque el agua ingresó a su vivienda y arrasó con los pocos muebles que le quedaron en pie luego de las lluvias de la semana pasada.
Está cansada. Dijo que no puede continuar más así, en esas condiciones. Bravo relató que vive con su hijo y su esposo. Si bien están censados, lo que significa que tienen condiciones de recibir una vivienda, sostuvo que la solución debe ser urgente.
Estuvieron toda la madrugada sacando agua, pero al ingresar a la casa hay un pasillo que sirvió de canal para que el agua corriera por lo tanto las tareas fueron infructuosa. “El agua corre y se entra en todos lados. En el techo también tuvimos filtraciones”, concluyó.
En la misma situación están las familias Agüero y Garro. En el primer caso, el temporal afectó el techo de la casa e hizo que uno de los palos cediera. Esto preocupó a esos sanjuaninos ya que son cinco los que habitan la humilde morada, entre esos hay dos niños y un adolescente. Las tareas llevaron gran parte de la mañana del miércoles en donde pusieron algunos parantes para evitar que cayera sobre los chicos.
Un poco más al oeste del asentamiento están los Garro. Antonio, el padre de familia, está consternado porque el agua humedeció desde colchones hasta la mercadería que tenían en el aparador. Sin embargo, reconoció que está curado de espanto porque es algo que habitualmente les pasa, pero pretende una respuesta para dejar de vivir en esas condiciones. Tamara, su hija, construyó un anexo en el fondo. Allí vive con su hijo. La lluvia le mojó los pañales y zapatillas del menor.
Tirar todo para volver a empezar
Está con sus hijos en la casa. Son 12, la mayoría niños. Este sanjuanino, quien prefirió no dar su nombre, vive en el asentamiento Pedro Echague. La lluvia dejó inutilizada el sector de las habitaciones.
Su hermano le ayudará a tirar esa parte de la casa y así comenzará de nuevo en medio de lo que le dejó el barro y los artefactos afectados por el agua.
Pasados por barro
Llenos de barro. Abrieron las puertas de la casa para que el agua escurra, aunque pasaron una madrugada de terror. Ezequiel Bazán vive con su esposa y sus cuatro hijos, uno viene en camino. Están apostados en el asentamiento Las Chacritas, departamento 9 de Julio. Hace más de seis años que está allí. Explicó que reciben más solicitudes para sacarlos del lugar que ayuda por parte del municipio.
Menos agua, pero más dañina
Pocito viene sufriendo desde hace más de un año algunos fenómenos naturales. El terremoto de enero 2021 complicó la vida de cientos de familias que esperan por una vivienda. Mientras tanto, sufren las contingencias producto de las lluvias debido a que actualmente habitan en condiciones precarias.
Analía vive con siete personas. Confirmó que en comparación con las lluvias de la semana pasada tuvieron menos agua, pero fue más dañina. Sin embargo, la cantidad que cayó en una hora y media superó el promedio mensual correspondiente a febrero. Aunque esta familia, como algunas de la zona de la Rinconada y El Abanico notaron un menor impacto.
Esta familia tiene roturas en el baño y por ahí sufrieron filtraciones. En el ingreso de la vivienda hay una carpa. La misma les fue otorgada el año pasado cuando ocurrieron las crecientes. Actualmente, es ocupada por la pareja de Analía debido a que tiene Covid-19 y decidió aislarse para evitar contagiar al resto de los integrantes de la casa. Él sí sintió el temporal porque casi que durmió con la espalda en el barro.
Una constante que preocupa
Facundo Argañaraz tiene 21 años. Desde que nació vive frente al ingreso del Cementerio de la Capital. Cada vez que llueve, el agua ingresa a su vivienda y deja todas las cosas inutilizables. La casa está en desnivel eso hace que la lluvia aumente el caudal que pasa por la acequia y al estar taponada salga y el piso se convierta en un canal. El nivel esta vez llegó a los 15 centímetros. De los 16 integrantes de esa familia, 15 tuvieron que refugiarse en viviendas de otros parientes.