Las puertas que sirven de espejo para reflejar el arte urbano

Todos los días, decenas de jóvenes se reúnen en las puertas del Centro de Convenciones para desarrollar su pasión por los ritmos urbanos. Desde reggaetón hasta música coreana, son los estilos que más abundan en las prácticas que realizan frente al ingreso de ese edificio. Lo eligen ya que las puertas son de vidrio espejado lo cual para estos movimientos es fundamental reflejarse en algún lugar para lograr la coordinación con todo el equipo.

Peter, es el líder de la banda Xsaede, un grupo de 14 personas que se dedica a bailar K-Pop. Ellos ensayan todos los días de la semana. Se inclinaron por ese estilo musical ya que buscan ser innovadores en sus performances e ir por la cultura que pregonan en Oriente. A diferencia de muchos otros equipos que prefieren los clásicos estadounidenses como el Hip-Hop o reggaetón, ellos apuestan a la originalidad.

“Venimos a este lugar ya que es accesible para todos mis alumnos. Además al tener esta posibilidad de vernos reflejado en las puertas podemos marcar los errores y corregirlos fácilmente”, dijo Peter. Para ese grupo como para el resto, poder tener la posibilidad de proyectarse en ese reflejo los eleva a otro lugar. Creen que están en un gran estudio de danza, cuando en realidad están al aire libre rodeados del pulmón verde del Parque de Mayo.

Al estar expuestos ante la mirada atenta de los transeúntes, que al pasar por el lugar no pueden despegar la vista de los bailarines que están sobre ese perímetro, se sienten cómodos. Porque la calle les dio ese arte y es ahí donde lo desarrollan y disfrutan. Al aire libre, sin paredes que los contengan. Dicen que todo se hace más entretenido y fluye mejor.

Para practicar las coreografías, cada equipo, que son diez aproximadamente los que acuden hasta allí, llevan algunos parlantes pequeños para reproducir la canción que servirá para acompañar los movimientos corporales. Muchas veces, al trasladarse en colectivo les es muy incómodo llevarlo por la cual recurren al uso de un celular que lo introducen dentro de un vaso para amplificar el sonido del parlante. Acá reina aún más la concentración, ya que al sonar más baja la canción deben afilar los odios para no perderse en el tiempo musical.

Este espacio representa un gran semillero de artistas. Mariano y Miguel, son dos adolescentes que decidieron ir hasta allí para ocupar su tiempo aprendiendo a coordinar su cuerpo al ritmo de la música. Si bien continúan estudiando, pero encontraron en esto el camino para triunfar el día de mañana de lo que tanto aman que es el baile urbano.  

No tan solo hay hombres, también las mujeres se lucen haciendo diferentes ritmos. Algunos de los más destacados son los latinos y canciones de Pop. Peter dijo que por una cuestión de seguridad sus alumnas van en horario de siesta o antes de que anochezca para evitar inconvenientes. Si bien cuentan que la zona es segura y nunca tuvieron problemas, aseguran que siempre es mejor prevenir.

Todos los equipos se entrenan arduamente durante la semana. Entre ellos conformaron un cronograma para no verse perjudicados con los horarios. Cada tanto, realizan campeonatos de baile donde compiten para quedarse con el primer puesto. Allí el grupo que gana se lleva un premio en efectivo que se reparte entre los integrantes que lo conforman. Para llegar a eso, son días enteros de entrenamiento y disciplina, sumado también a la elaboración de los trajes para poder lucirse frente al jurado. Más allá de la competencia, dicen estar felices porque aprovechan este tiempo para hacer lo que tanto les gusta y además entablan amistades con distintas personas.