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Silvana Tulco, la historia de dolor que movilizó a todo San Juan
El relato de una pérdida familiar que sacó a relucir la solidaridad de los sanjuaninos en tiempos de coronavirus.
Por David Silva
La llegada de una nueva vida y la partida de otra. Una ocasión de alegría y festejo por un alma que respira, y el dolor de otra que da su último aliento. Parece imposible que dos situaciones tan contradictorias puedan convivir en un solo lugar. Menos, en una sola vida. Con la llegada del coronavirus, lo contradictorio se volvió típico y la tragedia se convirtió en otra parte más de la vida en cuarentena.
Pero en los tiempos oscuros, hay quienes se ocupan de buscar luz. Y la historia de Silvana Tulco, la mamá sanjuanina que falleció a los pocos días de dar a luz a su tercer hijo, evidencia la tristeza que cientos de sanjuaninos atravesaron por la pérdida de un ser querido, pero también que los sanjuaninos pueden dar lo mejor sí.
“Nos enteramos por medio de una mamá que Silvana tuvo coronavirus y falleció. Entonces con las señoritas y los padres decidimos ayudar y empezamos a pedir donaciones para entregarle a su esposo y sus hijos y esto trascendió todo San Juan”, cuenta a DIARIO HUARPE Claudia Albar Díaz, directora el jardín de infantes donde uno de los hijos de Silvana asiste.
Su historia se dio a conocer el pasado miércoles 2 de junio. Silvana, de 37 años, esperaba junto a su esposo, Ariel Quintana, de 38 años, a su tercer hijo. Sería el segundo varón, puesto que el primero y mayor de los tres tiene doce y la pequeña del medio, 5 años. Con la llegada del bebé, el futuro parecía prometedor para los Quintana mientras Ariel intentaba recuperar su remis, que tenía parado desde hacía dos semanas y no podía salir a trabajar. Sin embargo, embarazada de nueve meses, descubrió que tenía coronavirus.
“Ella era la cabeza de la familia y una excelente madre. Amaba a sus hijos y dedicaba todo su tiempo a ellos. Cuando se enteró de que tenía Covid-19 tenía mucho miedo por sus hijos”, cuenta a DIARIO HUARPE Ariel Guzmán, amigo íntimo de los Quintana y también uno de los principales organizadores de la colecta de ropa, leche, mercadería y pañales para el recién nacido que movilizó a un centenar de personas, fundaciones y hasta municipios.
Pero a pesar del confinamiento y medidas restrictivas que el gobierno adoptó para frenar la segunda ola de coronavirus en San Juan, no pudo detener el crecimiento de contagios y los casos positivos aumentaban día a día. Silvana transcurrió esos momentos de su embarazo en su casa de Rivadavia con Ariel y sus dos hijos y el tercero en camino, cuando las complicaciones de la enfermedad empezaron a aparecer y tuvieron que internarla. El 16 de mayo le realizaron una cesárea para salvar al niño. Dos días después ingresó a terapia intensiva y el 31 de mayo, tras unos días de lucha, falleció.
“Pudo conocer al menos a su bebé. Ella se cuidó mucho durante el embarazo. Era una persona muy solidaria y alegre. Soñaban con tener una casa propia y estaba muy contenta con la idea de volver a ser mamá", recuerda con tristeza Néstor que se consuela, al igual que Ariel, que Silvana al menos pudo conocer a su tercer hijo.
La noticia no tardó en hacerse conocida y ocupar un lugar en los portales de noticias y se compartió rápidamente en las redes, que replicaron su historia y el pedido de solidaridad a toda la sociedad para los Quintana (entre ellos DIARIO HUARPE) organizado por familiares y amigos de Silvana y Ariel, y los directivos de la Escuela Clara Rosa Cortinez y el ENI 31 Patricias Sanjuaninas en Capital donde los dos hijos del matrimonio asisten.
“Silvana era una mamá muy presente. Tengo todavía la imagen de ella cuando vino a la primera reunión con burbujas y vino con su pancita porque se ocupaba de sus niños y de participar de todo lo que la escuela requería”, hace memoria Claudia.
Ella, al igual que Mario y la gran mayoría de la población, no estuvieron ajenos a la sombra del virus que hasta el momento se ha llevado más de 800 vidas en la provincia desde que desembarcó en la Argentina a fines de marzo del 2020. Las historias de angustia, miedo y largas estancias en las terapias y pasillos de los hospitales, al día de hoy, son comunes a todos los sanjuaninos.
“Siento que se están perdiendo tantas vidas que cada uno lo toma de manera diferente. He perdido amigas muy jóvenes y gente muy conocida y es muy doloroso. Uno trata de hacer la vida más normal posible. Tenemos que asumir que tenemos una nueva realidad donde tenemos que hacer un cambio de hábitos. Me causa angustia”, reflexiona Claudia.
“No pude despedir al papá de mi cuñado y al padre de mi mejor amigo. Fueron noticias muy dolorosas y marcan mucho. Tuve a mi padre con covid-19 en la terapia intensiva y fue uno de los golpes más duros de mi vida. Además, un amigo muy cercano también falleció y no lo pude despedir como quería”, expresa, Néstor, que hasta el día de hoy sigue al lado de Ariel y lo acompaña en su adaptación a vivir en una nueva casa: una casa sin su esposa y la madre de sus hijos.
El de Silvana, es uno de los 802 testimonios silenciosos que toman vida en la palabra de amigos y familiares. Que resucitan en cada sanjuanino que abre su corazón para ayudar al otro. Todas las palabras sobran ante el imponente silencio de los números. Pero ni todas las condolencias alcanzan para transmitir el dolor que cada hombre y mujer sanjuanino tendrá presente por el resto de los días de una de las circunstancias y contextos históricos más importantes de la modernidad, y al que San Juan no está ajeno: la pandemia del coronavirus.