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Cultura y Espectáculos

Sex education, una ESI en época del on demand [Análisis sin spoilers]

La segunda temporada se estrenó el fin de semana, con una propuesta superadora se anima a seguir tocando temas tabú y abrir su abanico de representatividad.

21 de enero de 2020

Sex Education es la serie británica que pone sobre la mesa temas que incomodan pero cada vez son más necesarios hablar. Es conmovedora, movilizante y verosímil con la realidad, haciendo que a veces se olvide que se está frente a una ficción.

Para quien no sepa de que trata la serie, es un drama adolescente con toques de comedia en la cual las historias de amor y amistad están en primer plano. En la primera temporada nos presentaron el funcionamiento de una “clínica sexual” que comienza el joven Otis junto a Maeve a la cual sus compañeros de secundaria acuden cada vez que aparece una duda que tenga que ver con su sexualidad.

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Con Eric mostrando su homosexualidad, se exploran sus relaciones.

Pero en esta segunda temporada la clínica queda en segundo plano ya que la showrunner de la serie se sirve de todos los personajes para hablar de identidades sexuales como pansexualismo, bisexualidad y asexualidad además de expandir el abanico de posibilidades de vínculos como en las relaciones homosexuales o bisexuales, las explora y las muestra, lejos de esconderlo y dar un manto de visibilidad. También se suman personajes que siguen brindado un crisol de personalidades y representaciones como Isaac, el vecino de Maeve con discapacidad motora, Rahim el compañero gay francés.

Además, esta segunda temporada explora la sexualidad de los adultos, la resistencia que pueden ofrecer y  la posibilidad de una liberación sexual después de los 40. Sex education se mete con el abuso, las relaciones violentas, las adicciones y como destruyen los entornos pero también habla sobre el placer femenino, el autoconocimiento, habla sobre el consentimiento y la necesidad de espacios seguros para explorar y explorarse.

El abuso y como lo atraviesa la víctima es una de las tramas principales.

Quizás por eso Sex Education cautiva tanto a su público, porque pone en ejecución un artificio de verosimilitud con la que el público termina empatizando y casi que se siente identificado. Con un tono centennial legado de su primera temporada, en esta segunda entrega la serie “madura”, intenta con mucha fuerza romper estereotipos, a veces lo logra y otras queda solo en el intento, sin embargo esto no hace que decaiga su calidad.

Sex Education es una especie de ESI pasada por el filtro “british” en un tiempo de conflicto donde toda una generación que busca respuestas no sabe donde encontrarlas para proponer un nuevo faro a las ficciones adolescentes.

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