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Condenaron a siete años de prisión al ladrón del asalto a mano armada en un estudio contable
Jonathan Edgardo Fernández aceptó un acuerdo de juicio abreviado.
Por Germán González
Este miércoles llevaron ante un juez del Sistema Especial de Flagrancia al delincuente que ingresó a un estudio contable, amenazó y redujo a punta de pistola a cuatro personas y robó varios dólares y dos teléfonos celulares. El acusado llegó a un acuerdo de juicio abreviado y fue condenado a siete años de prisión efectiva.
Jonathan Edgardo Fernández se mostró con lágrimas en los ojos y vivió la audiencia de presentación en una sala aparte. Estaba arrepentido al parecer. Su papá, antes de presenciar la audiencia, ingresó para hablar con él y lo convenció de que aceptara un pacto con los fiscales de la UFI Flagrancia. "No entiendo lo que hizo mi hijo, no sé qué se le pasó por la cabeza", expresó a DIARIO HUARPE, el señor Fernández.
"Mi hijo es trabajador, es vendedor ambulante de medias y otras cosas", comentó después el hombre. "No pensó en su mujer y sus dos hijos", agregó.
En el acto procesal que se desarrolló en la Sala D de Flagrancia, fiscalía leyó la acusación contra Fernández y le imputó el delito de robo agravado por el uso de una pistola apta para el disparo y por ser en banda y poblado.
El juez que encabezó la audiencia, Javier Figuerola, exdirector del Penal de Chimbas, dio inicio a la audiencia pasadas las 9. Los fiscales del caso Pablo Martín y Leonardo Arancibia representaron a la UFI, mientras que el abogado particular José Luis Guidet Montilla, al imputado. Las partes pactaron el abreviado que luego fue homologado por el magistrado Figuerola.
Fernández tenía antecedentes por robo, pero ninguna antecedente de condena. Este miércoles recibió su primera sentencia a dos días de ser detenido. Había actuado con otras dos personas, que lograron fugarse de la Policía. Fiscalía pidió al magistrado, al final de la audiencia de este miércoles, que remitiera la causa al juzgado de instrucción de turno, para que la investigación siguiera y así alcanzar al resto de los evadidos.
El robo se produjo cerca de las 12.30 del lunes pasado en el segundo piso de un edificio por calle Jujuy entre calles Rivadavia y Laprida, en Capital. Ahí funcionaba el estudio contable al que ingresaron dos de los tres delincuentes (uno hacía de campana). Fernández y su cómplice aprovecharon el ingreso de unos clientes al lugar para robar. A mano armada, redujeron al contador, un amigo y dos clientes y los dejaron encerrados en el baño, para luego huir con un botín compuesto por 700 dólares en efectivo y dos celulares.
Fernández y el resto del grupo delictivo creyeron salir impunes de la escena, pero se alarmaron por la presencia de un patrullero que circulaba por calle Jujuy. Por ende los tres se fugaron en direcciones contrarias.
Un policía descendió del patrullero y persiguió a Fernández, que corrió por calle Jujuy hacia el sur, dobló por calle Rivadavia hacia el este. El policía no le perdió pisada en la persecución al tiempo que se sumó a la misma un motociclista que trabajaba en la zona.
La corrida continuó por calle Rivadavia, Fernández dobló por calle Aberastain, mientras los uniformados solicitaban apoyo.
El ladrón arrojó el alma de fuego que portaba como así también una campera de buzo gris claro usada en el asalto y los celulares. Ingresó a un estacionamiento ubicado por calles Aberastain y Laprida, trepó por los techos. Pero en ese entonces, otros efectivos, que se sumaron a la persecución, también subieron y lo encontraron queriéndose meter en un tanque de agua.
Totalmente rodeado, el delincuente se rindió. En los medios sanjuaninos, trascendió un video del desenlace que terminó con la detención del imputado y ahora condenado.