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Los chicos pobres alcanzan un bajo nivel educativo en San Juan
El 40% de los chicos que están terminando la secundaria estudia en condiciones de pobreza. Cómo es la situación en San Juan.
Por Daniela Jácamo
Desde hace años que los argentinos vienen tratando de mantenerse a flote en medio de las agitadas aguas de la pobreza y la indigencia. Ante este panorama, los educadores del Observatorio Argentinos por la Educación analizaron cómo afectan los niveles de pobreza en el proceso educativo de los niños y jóvenes de la Argentina.
El trabajo informe se titula “Desempeño escolar y pobreza" y se basa en los resultados de Aprender 2019 y de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). Tras el análisis de los datos, estos especialistas lograron determinar que el nivel socioeconómico de los estudiantes incide fuertemente en sus trayectorias escolares. Los estudiantes pobres que alcanzan buenos niveles de aprendizaje son la excepción en el sistema educativo argentino.
El 40% de los alumnos del último año de secundaria estudia en situación de pobreza, de este total sólo el 14% tiene buen desempeño, de acuerdo a los resultados de Aprender.
Distinta es la realidad de los estudiantes de mayor nivel socioeconómico, ya que en este acaso el 38% alcanza buen desempeño. Esto quiere decir que tuvieron un nivel satisfactorio o avanzado en Lengua y en Matemática.
En el caso de San Juan, el último informe de la EPH, que se difundió en marzo de este año, señaló que en la provincia hay un 28,3% de hogares que se encuentran en situación de pobreza y 4,8 % que están en la indigencia.
Si se toma en cuenta la asignatura Lengua, entre los alumnos de primaria, San Juan se encuentra segunda en el ranking de las provincias con mayores brechas en el nivel académico que alcanzan los chicos de los estratos socioeconómicos alto y bajo.
Es que en la provincia hay una diferencia de 51,1 puntos porcentuales entre los conocimientos alcanzados por chicos con un nivel económico alto y los alumnos que tienen un nivel considerado bajo.
El listado de provincias con mayor diferencia en el rendimiento de los chicos en función de su nivel económico tiene a Buenos Aires a la cabeza con 53,5 puntos porcentuales, seguido por San Juan y Santa Fe con 50,6 puntos. En cambio, las menores diferencias se ven en Formosa (31,2 pp), Santiago del Estero (34,9 pp) y Misiones (36,7 pp).
Los resilientes
Pese a que los datos estadísticos marcan que los chicos pobres tienen más dificultades para alcanzar buenos niveles educativos. Hay chicos considerados pobres que llegan al último año del secundario y obtienen buenos resultados en las pruebas estandarizadas.
Estos jóvenes fueron bautizados como los "resilientes”, en el sentido de que se sobreponen a las condiciones adversas de su entorno. Los datos sugieren que existen algunos “factores protectores” que les permiten a estos estudiantes lograr buenos desempeños escolares a pesar de sus condiciones de vida.
“Estos estudiantes resilientes son la excepción. Entender qué factores los ayudan a desempeñarse bien es fundamental para el diseño de políticas públicas que puedan mejorar no solo los niveles de acceso a la educación de los estudiantes en situación de pobreza, sino también el aprendizaje que adquieren una vez que están en la escuela”, explicó Martín De Simone, coautor del informe.
Uno de los factores “protectores” es el nivel educativo materno. Entre los estudiantes pobres con buen desempeño, el 35,5% tiene madres que alcanzaron el nivel secundario completo o más. En el caso de aquellos estudiantes con bajo desempeño, ese porcentaje se reduce al 27,2%.
Otro factor es la cantidad de libros en los hogares. Solo en el 8,3% de los hogares de los estudiantes con buen desempeño no hay libros, mientras que en el caso de los estudiantes con bajo desempeño ese porcentaje aumenta a 22%.
En este grupo de resilientes, también existen diferencias sobre sus perspectivas a futuro. Es que el 69,2% de los estudiantes pobres con buen desempeño planea seguir estudios universitarios; esta cifra baja al 51,1% entre quienes tienen bajo desempeño.
En tanto que solo el 15,5% de los estudiantes con buen desempeño planea seguir estudios terciarios y el 4,1% piensa solo trabajar cuando termine el secundario. Entre los estudiantes con bajo desempeño, estos porcentajes aumentan a 23,4% y 9,3% respectivamente.