Salud y Bienestar > Incontinencia
Despertarse por la noche para ir al baño: las causas más comunes de la nicturia
La nicturia afecta el descanso y puede estar vinculada a hábitos, cambios hormonales o enfermedades. Conocer sus causas ayuda a mejorar la calidad de vida y orientar el tratamiento médico adecuado.
POR REDACCIÓN
La necesidad de levantarse varias veces durante la noche para ir al baño, conocida médicamente como nicturia, es una condición que impacta negativamente en la calidad del sueño y, por ende, en la vida diaria. Esta situación afecta a personas de ambos sexos y distintas edades, estando relacionada tanto con cambios hormonales como con hábitos y ciertas patologías.
La nicturia se define como el acto de despertarse una o más veces durante la noche con la urgencia de orinar. Normalmente, los riñones disminuyen la producción de orina mientras dormimos para facilitar un descanso continuo. Sin embargo, cuando este mecanismo falla, se genera un aumento en la producción nocturna de orina que interrumpe el sueño. Aunque es más común en adultos mayores, también puede presentarse en personas jóvenes debido a alteraciones hormonales, urinarias o cambios en las rutinas. Además, el sueño se vuelve más liviano con la edad, lo que facilita estos despertares y genera un ciclo de cansancio y vigilia.
Las causas más habituales combinan factores de estilo de vida y condiciones médicas. Por ejemplo, el consumo elevado de líquidos antes de acostarse, especialmente café, té, bebidas azucaradas o alcohol, incrementa la producción de orina durante la noche. Modificar estos hábitos puede ser clave para determinar si la nicturia es reversible o si requiere atención médica.
Entre las enfermedades asociadas se encuentran la vejiga hiperactiva, que provoca contracciones involuntarias del músculo vesical y un deseo urgente de orinar tanto de día como de noche, las infecciones urinarias, y en los hombres, las alteraciones prostáticas.
Los síntomas incluyen despertares repetidos para orinar que fragmentan el sueño, dificultad para volver a dormirse, sensación de urgencia, cansancio diurno y, en algunos casos, pequeñas pérdidas de orina, especialmente en personas con antecedentes de incontinencia. En menores de 60 años, consultar a tiempo puede prevenir complicaciones y preservar la calidad de vida. La repetición de estos episodios es una señal de alerta, sobre todo cuando genera inseguridad o miedo a eventuales escapes.
El diagnóstico siempre debe realizarlo un médico, quien puede solicitar llevar un registro de las micciones nocturnas, cantidad ingerida de líquidos y horarios. También indagará antecedentes y, si es necesario, ordenará estudios para descartar infecciones o diabetes.
Para manejar la nicturia, el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos aconseja regular la hidratación durante la tarde y noche, evitar diuréticos como café, té y alcohol próximos a la hora de dormir, y mejorar la dieta e incorporar ejercicios para fortalecer el suelo pélvico cuando corresponda. En ciertos casos, el tratamiento puede incluir medicamentos o intervenciones indicadas por el especialista.
Más allá de lo físico, la incontinencia nocturna afecta la vida social y genera incomodidad. Para aliviar esta situación, existen productos diseñados para brindar protección, discreción y confort. Por ejemplo, las toallas femeninas TENA Discreet ofrecen un diseño ultrafino con alta absorción y control de olores gracias a su sistema TENASORB, ideales para quienes buscan estética y protección. Para pérdidas más intensas, la ropa interior descartable TENA Pants imita la ropa interior habitual, con ajuste anatómico y materiales suaves, facilitando la movilidad y tranquilidad durante la noche.