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Provinciales > Ingreso 2020

El mate, el infaltable en la espera de exámenes para colegios preuniversitarios

Cientos de padres se concentraron en la plaza Aberastain mientras sus hijos rendían. El mate fue infaltable, como así también, las charlas entre los presentes. Algunos llevaron hasta mantas para sentarse en el pasto y, otros, bancos y cómodas sillas.

03 de diciembre de 2019

Pasadas las 4 de la madrugada del lunes llegó el primer grupo de madres a las puertas de la Escuela Industrial Domingo Faustino Sarmiento, querían que sus hijos rindieran el examen de ingreso a los colegios preuniversitarios todos juntos. Con el correr de las horas fueron arribando cientos de madres y padres junto a sus chicos. Las altas expectativas y buenos deseos estuvieron presentes en todos, como así también, el mate, una bebida que fue infaltable para pasar el tiempo.

A las 8 ya ingresaron los aspirantes al establecimiento educativo para rendir la materia Lengua. Este martes, volvieron a presentarse para ser evaluados en Matemática. Colmados de ilusión asistieron junto a sus padres que esperaron afuera para recompensarlos con un abrazo cuando salieran.

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Para el ingreso 2020 hay 550 vacantes, 110 para el Colegio Central Universitario Mariano Moreno; 190 para la Escuela Industrial Domingo Faustino Sarmiento y 250 para la Escuela de Comercio Libertador General San Martín. El año pasado, el cupo fue de 525 y para los mismos rindieron 1560 alumnos.

Historias

Las primeras en llegar

“Las Teresianas”, así se denomina el grupo compuesto por 7 mamás que el lunes llegó primero a apoyar a sus hijos en el primer examen de ingreso. Las mujeres eligieron el nombre debido a la institución educativa a la que asisten sus chicos, el Colegio Santa Teresita del Niño Jesús. A pesar de que van a distintos grados, decidieron unirse en la espera, tal como lo habían hecho en ocasiones anteriores en torneos, campeonatos y actos.

Ahora, optaron por llegar temprano para que los chicos rindan todos en el mismo curso así que a las 4 de la madrugada ya estuvieron ahí para guardar el lugar en la fila, aunque, sus chicos llegaron poco después de las 7. Para que la espera pase rápido llevaron mate, café con leche, facturas y hasta bancos así que con paciencia y charlas pasaron las horas.

Abajo, de izquierda a derecha, salen Analía, Claudia, Natalia, María de los Ángeles, Yanina.  Arriba, salen Mariela y Marcela.

Tiempo productivo

María del Carmen y María Laura son madre e hija y este lunes llegaron hasta el Colegio Industrial, donde rindió Florencia, colmadas de elementos. Es que el sábado es el cumpleaños de uno de los pequeños de la familia, Fabricio, así que están con los preparativos y la cuenta regresiva para el festejo. Fue así que decidieron esperan a la niña termine de rendir con mate y también con cartulinas y tijeras. Como solo faltan unos días para el evento optaron por llevarse todo lo necesario para realizar la decoración en la plaza, para ella optaron por papeles de colores amarillo y naranja.

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María Laura y María del Carmen junto a Fabricio que el sábado cumple 4 años.

La ilusión de que sigan juntos

Desde el departamento de Pocito llegaron Valeria, Lorena y Paola junto a sus esposos cerca de las 6 del lunes. No faltó el mate ni las sillas reposeras debido a que sabían que la espera iba a ser larga. Las mujeres habían quedado de acuerdo y hasta establecido un punto de reunión para que no haya problemas para encontrarse. Ya se conocían ya que sus hijos estudiaron en la Escuela Antonino Aberastain y todos tenían la ilusión de que pudieran continuar la secundaria juntos así que sus familiares fueron a apoyarlos mientras ellos rendían.

Un reencuentro inesperado

Adriana y Mariela llegaron por separado hasta la plaza Aberastain para esperar que sus hijos rindan el examen de ingreso a los colegios preuniversitarios. Se colocaron justo frente a las puertas del establecimiento educativo para que sus hijos las vean cuando salgan tras rendir. Allí, comenzaron a conversar y se dieron cuenta que se conocían desde jóvenes pero habían perdido el contacto hace años. Las mujeres habían pasado parte de su adolescencia juntas, principalmente, los bailes y ahora volvieron a establecer los vínculos.

Adriana junto a Mariela, amigas de la juventud que se reencontraron cuando llevaron a sus hijos a rendir.

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