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Cultura y Espectáculos > Espacios creativos

Espantapájaros, el taller literario en el que los adolescentes tienen voz

La dinámica propone utilizar lo que los jóvenes ya leen como manga y cómic, a partir de ellos trabajan los hábitos de lectura.

23 de agosto de 2021

“Los jóvenes no leen”, un mantra que se repite entre adultos cuando de hábitos lectores en jóvenes y adolescentes se trata. En la comodidad de una frase hecha nace “Espantapájaros” un taller literario que se permite dudar de ese mantra.

“Espantapájaros” nace como un taller de lectura y escritura desde la Extensión Universitaria de la Universidad Nacional de San Juan. Es impartido por Gisela Cardin y Cristian Marín y el espacio convoca a los adolescentes, de entre 13 y 17 años, a la lectura desde lo que ya leen.

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Si, porque Gi y Cristian aseguran que los chicos leen, pero de otra manera y en otras plataformas. “El manga, el anime, las series y películas, sagas de libros o hasta en Wattpad (en la que el escritor sanjuanino Luis Ávila cosechó 50 millones de lecturas), son cosas que ellos ya consumen” dice Gi, “y lo que proponemos es escucharlos”, agrega.

Pero esto no sólo se queda en la lectura, con todo ese proceso que lleva, sino que hay también una etapa de producción. Cristian comenta que mensualmente se hace un fanzine, una revista artesanal, en el que los chicos intervienen.

El fanzine, el espacio en el que se depliegan los chicos de "Espantapájaros".

Cristian explica “al principio lo hacen con timidez, hacemos todo un trabajo con los chicos para entender que es algo comunitario. Hay un miedo de “romper” algo, y la idea justamente es esa que interrumpan en algo que va para todos”.

En esta oportunidad, el taller “sale” de la universidad y ahora llega también al Museo de la Historia Urbana desde este martes 24 de agosto de 18 a 20 horas. Las inscripciones son vía WhatsApp 2644126300. Los cupos son limitados.

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Escuchar para conversar

El desafío es poner a dos generaciones a conversar. El dúo propone escuchar como punto de partida, pero un diálogo entre muchos, un espacio de crecimiento comunitario.

“Son muy fan, de lo que sea, lo consumen como un fan” dice Gisela y esta es la punta del ovillo del cual tiran. “Son adolescentes y es increíble cómo se definen desde lo que no les gusta”, agrega Cristian.

El escenario entonces es el siguiente: jóvenes que consumen con fanatismo lo que les gusta, que a su identidad le agregan señalar lo que no y que sobre ellos el “no leen” ¿qué puede salir de allí? Espantapájaros propone “una visión del mundo”.

Es que en el taller los adolescentes tienen voz.

Territorios invisibles

 Espantapájaros nació en 2020, en verano, meses antes al brote de Covid-19. El taller se desarrolló en dos territorios, el físico y el virtual. Durante esos meses sirvió como un espacio de contención para un sector etario que se enteraba de lo que pasaba después.

En esa incertidumbre, el taller de lectura y escritura, fue un espacio de contención, de catarsis, de creación y transformación. Tanto Cristian como Gisela comentan que el taller nunca se detuvo, era un espacio necesario.

Por último Cristian y Gi comentaron el origen del nombre “espantapájaros”, “porque si” responden y se ríen como ocultando un secreto.  

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